Jacques Moulin, historiador del arte nacido en Francia, es arquitecto jefe de los Monumentos Históricos-ACMH (parques y jardines del dominio nacional de Versalles, fábrica nacional de Gobelinos, Mobiliario Nacional, Escuela Militar, Basílica de Saint-Denis).
En su prefacio, señala que aunque se han escrito innumerables libros sobre el Palacio de Versalles, “Los jardines de Versalles, desde su creación hasta nuestros días, aún no han sido objeto de ningún examen metódico”escribe, sin reducirse únicamente a la personalidad de Le Nôtre.
En este primer volumen, cuenta la historia de los jardines de Versalles desde su creación por Luis XIII hasta 1715, fecha de la muerte de Luis XIV.
Este libro magníficamente ilustrado, enriquecido con numerosos documentos inéditos, destaca el papel crucial de los jardineros que dieron forma a este espacio emblemático, desde su creación hasta este dominio real.
Jacques Moulin muestra en su texto cómo estos espacios pueden convertirse en lugares de diálogo entre el hombre y la naturaleza.
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Y es un placer recorrer este libro para descubrir todos los secretos del parque, sus esculturas y sus juegos de agua.
El jurado también quiso distinguir con una mención especial un librito muy diferente, del escritor-jardinero Marco Martella, frutos de mirobálanos (Actes Sud, 183 págs. 20€). Un libro que nos invita a frenar y saborear placeres simples, redescubrir los jardines no sólo como espacios estéticos, sino también como lugares de renovación y contemplación.
¿Quién era Pechère?
Recordemos que René Pechère (1908-2002) creó más de 900 jardines públicos y privados en Bélgica, Francia, Alemania y Holanda. Conocemos el laberinto verde creado en la propiedad Van Buuren en Uccle, o el parque de la ciudad administrativa, la remodelación del Mont des Arts y el jardín de la embajada de Francia. Los visitantes mayores recordarán los dos jardines que creó para la Expo 58: el jardín de las cuatro estaciones y el jardín congoleño. René Pechère fue ante todo un diseñador. El dibujo lo supera todo, repitió. Primero debes inspirarte en el terreno (¡incluido el techo de un estacionamiento como el que se encuentra encima de la Ciudad Administrativa!), penetrarlo, imaginar las esencias y formas y dejar volar tu lápiz. A veces se trataba de hacer realidad un sueño humanista (el jardín de Erasmo), a veces de expresar el sueño de un cliente. “Inventa un jardín, él dijo, se trata de cambiar comportamientos, hábitos, gustos, se trata de inventar el cambio de escenario que convenga a la armonía vegetal, animal y humanista. Se trata de inventar la paz, se trata de saber salir del silencio”. En 1988 legó a la Región de Bruselas su imponente biblioteca sobre el arte de los jardines con 1.800 libros.
