No fue un cónclave, pero el martes por la tarde salió humo blanco del gabinete de seguridad israelí. Benjamín Netanyahu habló desde el cuartel general de Defensa para anunciar la formalización de un alto el fuego en la guerra que enfrenta a Israel contra el movimiento islamista Hezbollah en el Líbano desde hace 13 meses. Si el Primer Ministro israelí confirmó un acuerdo de colaboración con Estados Unidos, inmediatamente intentó tranquilizar a los escépticos. “No perderemos nuestra capacidad de respuesta en caso de que Hezbollah viole el alto el fuego. Cualquier infracción provocará una poderosa reacción”, aseguró un “Bibi” con un tono decididamente bélico a pesar de esta futura tregua que debería entrar en vigor este miércoles por la mañana a las cuatro de la madrugada, hora local (las tres de la madrugada en París).
Según el sitio de noticias estadounidense Axios, el acuerdo se basa en un proyecto estadounidense que prevé una tregua de 60 días durante la cual Hezbollah y el ejército israelí se retirarán del sur del Líbano, en la frontera con el norte de Israel. Es el ejército libanés el que recuperará entonces la soberanía sobre la frontera sur del país. A los civiles que hayan huido de estos territorios desde el inicio de los bombardeos se les permitiría regresar. Lo mismo ocurre con los israelíes en el norte, como destacó el líder de la coalición gobernante en su discurso. “Un buen acuerdo es un acuerdo que aplicamos. Y lo aplicaremos”, concluyó Benjamín Netanyahu durante su discurso.
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