“A veces hay que llegar al insulto para que algunas personas se muevan”

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Gautier Larsonneur, el portero de la ASSE, discreto ante los medios, se entregó al Progreso. Recorre la temporada y la vida del grupo. Asimismo, el jugador formado en Brest también habla de su papel en el vestuario y sobre el terreno de juego. Extractos.

“¡Siento que he tenido diez crisis, que hemos despedido a veinte entrenadores! »

Una temporada completamente loca que llegó al final del suspense con este gol en el minuto 117 de la prórroga del play-off. Una temporada difícil también para el portero, que reconoce haber vivido muy difícil la marcha de Laurent Batlles: “La destitución del entrenador Batlles fue muy dura para mí, nunca había vivido algo así durante la temporada. Sobre todo, tenía un sentimiento de ira dentro de mí. Cuando a un equipo le va mal, es el entrenador o el portero el primero en actuar. Desafortunadamente, pagó por los malos resultados. Los tres días que siguieron fueron difíciles de vivir porque tenía una muy buena relación con él y el personal. Tuvimos que cambiar rápidamente a otra cosa. Al final, tengo la impresión de haber vivido diez crisis, de que despedimos a veinte entrenadores pero terminamos con 65 puntos y logramos ascender a la Ligue 1. Ése es el encanto del AS Saint-Étienne (sonrisa). »

Un líder de la ASSE en el vestuario y en el terreno de juego

Sin ironía y preocupado por el interés colectivo, el portero de la ASSE cuenta en particular una anécdota con Cafaro, su gran amigo: “Algunos jugadores no lo necesitan pero otros, sólo con pequeñas palabras, sienten que estoy ahí y eso les tranquiliza. Es importante tener esa conexión. Con el tiempo, aprenderá cómo trabajan sus socios y qué se necesita para despertarlos. A veces hay que llegar al insulto para que algunas personas se muevan (sonríe). Esto es gestión y es muy importante. Es importante decirse cosas unos a otros para hacer avanzar al grupo. Cuando hay una pelea a gritos, debe ser por el interés colectivo y no para que el contrario se sienta inferior. Recuerdo una esquina donde con Cafi (Mathieu Cafaro, N.D.), casi nos damos un puñetazo en la cara porque le dije que no estaba haciendo el trabajo. Pero también me dice cuando las cosas no van bien. Así es como avanza una banda. Esto a veces lleva a ser molesto y exigente con todos. Creo que el departamento de comunicación ya no puede verme (risas). Pienso en los intereses de todos. »

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