¿Será porque su compatriota Kamel Daoud ha captado en los últimos tiempos demasiada atención y luz que Boualem Sansal, el otro potro estrella del editor Antoine Gallimard, ha querido traer de vuelta hacia él algunas curiosidades, quería, para ello, volver a ver? hacerle cosquillas peligrosamente a la fibra patriótica del régimen militar argelino, para tomar deliberadamente partido a favor de su rival Cherifiano y así posicionarse en la curva resbaladiza del giro diplomático del inquilino de ¿El Elíseo?
Este último también le habría ofrecido recientemente el grial, un regalo en este caso equivalente a un tafilete, ofreciéndole en bandeja de plata la nacionalidad francesa (tercera similitud con Kamel Daoud).
Ahora dispuesto a establecerse permanentemente en Francia (cuarto punto común), el autor de 2084el fin de un mundo descubrió de repente las virtudes o cualidades de un topógrafo al enfatizar que “Cuando Francia colonizó Argelia, toda la parte occidental de Argelia formaba parte de Marruecos: Tlemcen, Orán e incluso hasta Mascara (…). Cuando Francia colonizó Argelia, se estableció como protectorado en Marruecos y decidió, arbitrariamente, anexar todo el este de Marruecos a Argelia, trazando una frontera. “.
Reportado por el diario El mundo del 21 de noviembre de 2024, tales declaraciones retratan, por un lado, la geografía de dos vecinos en total desacuerdo sobre las reivindicaciones territoriales del Frente Polisario y, por otro lado, bastan para sospechar del escritor de inteligencia con el enemigo marroquí.
Al regresar de París el sábado 16 de noviembre, fue detenido en el aeropuerto de Argel por agentes de la Dirección General de Seguridad Interior (DGSİ) y desde entonces no ha podido dar ninguna noticia sobre él.
Físicamente frágil, Sansal seguramente tendrá dificultades para afrontar los duros interrogatorios tras los cuales probablemente tendrá que responder a varios cargos, en particular el de “socavar la integridad territorial” de su país natal.
La adicción a las sobrepujas verbales corre el riesgo de costarle cara esta vez y ciertamente no es el apoyo catódico o mediático de Xavier Driencourt lo que podrá sacarlo del apuro.
Las inoportunas intervenciones del ex embajador francés en Argel corren el riesgo, por el contrario, de aumentar la carga de la pena mientras hace campaña para eliminar las ventajas concedidas por los Acuerdos de Evian a los nacionales argelinos que deseen establecerse en la vertiente norte del Mediterráneo.
Este empedernido detractor también encuentra ferviente apoyo entre los activistas de la Agrupación Nacional (RN) y de la Reconquista. Laure Lavalette, portavoz del primer partido en la cámara baja, hablará de “acuerdos desviados” y hablará sobre “X” para exigir la liberación inmediata del recién encarcelado.
El parlamentario fue seguido primero por Eric Zemmour, que ve al habitante de Boumerdès (ciudad situada a unos cincuenta kilómetros de la capital argelina) como un amigo y un “auténtico luchador por la libertad”, y más tarde por un mariscal Marion Le Pen proclive a defender una hombre que “nunca se doblegó ante el régimen de Argel (…) dejó de advertir sobre el peligro del islamismo”.
Decir que, en estos tiempos turbios y apuñalados, Boualem Sansal cometió un error tan grave como estúpido, no es apoyar a sus potenciales carceleros, sino simplemente devolver un poco de coherencia al corazón de las gesticulaciones anacrónicas.
Estar en contra de la confirmación y de la prórroga de la detención de un septuagenario, mantenido detenido e incomunicado durante demasiado tiempo, no le exime de su estupidez, porque en este momento defender los intereses de Marruecos a costa de los de Argelia es evidentemente una uno enorme.
Saadi-Leray Farid, sociólogo del arte y la cultura