Las refinerías rusas enfrentan márgenes reducidos y grandes desafíos logísticos

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Las refinerías rusas están bajo una presión cada vez mayor debido a los márgenes reducidos y un entorno económico desfavorable. La continua prohibición de las exportaciones de gasolina y los inminentes aumentos de impuestos y aranceles están exacerbando la situación, haciendo que la producción nacional de combustible sea cada vez menos rentable.

Después de una caída notable en octubre, cuando los niveles de procesamiento de petróleo alcanzaron un mínimo de dos años de 5,14 millones de barriles por día (bpd), las perspectivas para diciembre siguen siendo sombrías. Las refinerías no sólo enfrentan mayores costos de producción, sino también un mecanismo de compensación menos favorable, diseñado para amortiguar la diferencia entre los precios de exportación y los del mercado interno.

Según los consultores del sector, la producción de gasolina de 92 RON apenas es rentable, mientras que la de 95 RON genera pérdidas. Sólo los productos diésel siguen mostrando márgenes positivos.

Retrasos ferroviarios y aumento de existencias

Los retrasos ferroviarios son un obstáculo importante, que impide la entrega oportuna de productos refinados y genera un exceso de inventario. Esta situación obliga a las refinerías a ralentizar su producción para evitar la saturación de las capacidades de almacenamiento. Estos problemas logísticos están empeorando a medida que se acercan los aumentos de tarifas planificados: las tarifas ferroviarias aumentarán un 13,8% en diciembre, seguido de ajustes de impuestos especiales en enero.

Los sitios orientados a la exportación, como la refinería de Tuapse en el Mar Negro, a veces han tenido que interrumpir sus operaciones por razones económicas. Además, este sitio fue blanco repetidamente de ataques con drones ucranianos a principios de este año, lo que provocó importantes costos de reparación.

Un impacto en los proyectos de modernización

Las altas tasas de interés, fijadas en 21% por el Banco Central de Rusia en septiembre, también están frenando los proyectos de modernización de refinerías. Por ejemplo, la pequeña refinería Ilsky, que planea poner en marcha un complejo de producción de gasolina en 2024, ha solicitado ayuda estatal para compensar los costes prohibitivos asociados al endeudamiento.

Las sanciones occidentales limitan el acceso a las tecnologías necesarias para modernizar las instalaciones, lo que provoca retrasos en los proyectos que ya están en marcha. Según Alexander Kotov, consultor de NEFT Research, sólo se llevarán a cabo proyectos avanzados, pero con fondos propios y no con préstamos.

Las perspectivas de la industria

A pesar de los desafíos actuales, algunos analistas creen que los ajustes fiscales o las ayudas podrían reactivar los programas de modernización más allá de 2026. Sin embargo, la prioridad inmediata para las refinerías parece ser gestionar los costos y preservar los márgenes en un entorno económico y económico cada vez más restrictivo.

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