Está en todas partes y todavía fluye libremente a través de nuestros grifos, pero ¿a qué precio? Bajo nuestros pies, kilómetros de tuberías están muriendo, las torres de agua están envejeciendo y el agua subterránea lucha por seguir siendo potable. El agua, bien esencial, siempre ha sido barata en Francia. En Indre, como en otros lugares, ha llegado el momento de ponerse al día: el precio del metro cúbico de agua aumentará cada año, a veces de forma vertiginosa.
“Hay que sustituir 752 kilómetros de tuberías a 200€ IVA no incluido por metro lineal”
¿Una fatalidad? No precisamente. Las razones son claras: infraestructuras ruinosas, fugas de agua, normas de consumo de agua reforzadas, contaminación difusa, aumento de los costes energéticos y, sobre todo, caída del consumo mientras las inversiones se disparan. Este cóctel envenenado es el usuario quien tendrá que tragarlo.
Las infraestructuras se están quedando sin fuerza
En Indre, las cifras hablan por sí solas. “Nuestras redes tienen sesenta años”resume Michel Pirot, presidente del sindicato del agua de Couarde, que presta servicios a veinte municipios. “Necesitamos reemplazar 752 kilómetros de tuberías a 200 euros sin IVA por metro lineal y sólo para la fase de seguridad hídrica a partir de 2025, nos costará 3 millones de euros”. Una situación común a todo el departamento, donde la mayoría de las redes datan de los años 1950-1970 y están llegando al final de su vida.
La renovación es parte de la ecuación. Pero también necesitamos modernizar la infraestructura, asegurar el suministro y cumplir los requisitos medioambientales. Los sindicatos deben aumentar el número de obras de construcción, sin una ayuda sustancial para los oleoductos: “Para nosotros, esto supone un millón de euros de trabajo cada año, y esto tendrá que financiarse mediante aumentos del 6 al 10% anual. Esta es la única solución a la ecuación”explica Bruno Taillandier, presidente del sindicato del agua de Boischaut Nord, que gestiona más de 840 kilómetros de redes en 22 municipios.
Una ecuación insostenible
El aumento de la inversión coincide con una caída del consumo. En Indre, como en el resto de Francia, los usuarios han reducido su consumo de agua, alentados por las últimas sequías. Si bien esta disminución -del orden del 3 al 4%- es beneficiosa para los recursos, debilita el modelo económico de los servicios del agua. De hecho, el 80% de los ingresos se basan en los volúmenes consumidos, mientras que la parte fija del abono sigue siendo marginal. Un círculo vicioso.
“La caída del consumo plantea un problema real”lamenta Jean-Marie Fauconnier, presidente del sindicato La Grave, que agrupa a Argenton-sur-Creuse y sus alrededores. “Nuestros ingresos están disminuyendo, pero nuestros gastos están aumentando, particularmente con el precio de la energía y los materiales. Para equilibrar, no nos quedará más remedio que aumentar los precios. »
Incrementos diferenciados
Los aumentos futuros serán inevitables, pero su magnitud variará entre sindicatos. No todas las comunidades se anticiparon de la misma manera. “Algunos ya han integrado en sus precios las inversiones en los últimos años, otros menos”señala Denis Charpentier, director de proyectos de la DDT (Dirección Departamental de Territorios) de Indre. El resultado: diferencias de precios que corren el riesgo de ampliarse entre territorios. En 2024 registró un precio medio por m³ de 2,354 euros, un 4,62% más que el año anterior. Pero, concretamente, los precios más elevados los encontramos en comunidades que han delegado la gestión del agua en empresas como Suez (6 municipios) y Saur (16). En 2024, el precio medio por m³ del primero fue de 2.526 € y del segundo de 2.591 €.
El rompecabezas de las soluciones
Al mismo tiempo, los sindicatos están implementando medidas para que el proyecto de ley sea menos injusto. En 2025, Boischaut Nord prevé una fijación progresiva de precios por tramo de consumo: “Cuanto más consumimos, más pagamos, salvo los agricultores, que necesitan agua para su actividad”especifica Bruno Taillandier.
De cualquier manera, el precio del agua seguirá aumentando. Un hecho que los funcionarios electos tendrán que explicar pedagógicamente, porque para muchos usuarios el agua, invisible y, sin embargo, tan valiosa, todavía se considera algo que les corresponde. Pero este lujo, infravalorado durante tanto tiempo, tiene un coste y tendremos que soportarlo.