El 21 de noviembre de 2024 marca una fecha clave en la historia de las energías renovables. Si bien al mundo le tomó 68 años alcanzar el primer teravatio (TW) de producción solar fotovoltaica entre 1954 y 2022, solo se necesitaron dos años más para duplicar esta capacidad. Esta aceleración, informada por el Global Solar Council y SolarPower Europe, refleja una tendencia sin precedentes en la historia de la energía moderna. Pero este ritmo frenético también plantea cuestiones fundamentales sobre la sostenibilidad y los desafíos estructurales de este crecimiento.
Adopción solar sin precedentes
En 2022, el planeta celebró su primer TW de potencia fotovoltaica instalada. En 2024, esta capacidad alcanzará los 2 TW, cifra equivalente a la producción eléctrica combinada de Estados Unidos, India y Reino Unido. Este vertiginoso aumento se debe a la instalación masiva de casi 7 mil millones de paneles solarescubriendo millones de tejados y campos en todo el mundo.
La marca de 8 TW podría alcanzarse antes de 2030 si continúa el ritmo actual. Una trayectoria así indicaría que casi el 30% de la producción energética mundial sería alimentada por instalaciones fotovoltaicas, un salto espectacular respecto a años anteriores.
Transición energética: oportunidades y desigualdades
Si la energía solar está emergiendo como un pilar esencial de la transición energética global, también revela desigualdades flagrantes. Hoy, alrededor de 7 millones de empleos están directamente vinculados a este sector, pero estas oportunidades están distribuidas de manera desigual y se concentran en economías que ya son tecnológicamente avanzadas. Los países en desarrollo, aunque ricos en recursos solares, están luchando por mantenerse al día debido a la falta de financiación adecuada.
La presidenta del Consejo Mundial de Energía Solar, Sonia Dunlop, destaca que “Son necesarios esfuerzos adicionales para democratizar el acceso a la energía solar, particularmente en los países del Sur”. De hecho, los costos de implementación siguen siendo altos y la ausencia de infraestructura financiera limita el progreso en estas regiones.
Reducir costos para acelerar la transición
La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) publicó recientemente un informe que destaca que la energía fotovoltaica es la única tecnología en camino de cumplir los objetivos globales de reducción de emisiones antes de 2030. Sin embargo, los expertos coinciden en que las inversiones deben aumentar significativamente, particularmente en los países emergentes. El establecimiento de un Grupo financiero internacional dedicado a la energía solar.anunciado en la COP29 en Bakú, es un paso en la dirección correcta.
A pesar de su crecimiento, la energía solar está lejos de ser una solución perfecta. Entre los principales desafíos, destacamos:
- El costo del capital : Los proyectos en los países en desarrollo requieren una financiación que a menudo es demasiado cara.
- Gestión de residuos solares : Con miles de millones de paneles en circulación, su reciclaje se convierte en un imperativo ecológico.
- intermitencia : Las soluciones de almacenamiento a gran escala, aunque prometedoras, siguen siendo costosas y complejas de implementar.
A medida que el mundo alcanza hitos históricos en la energía solar, vale la pena preguntarse: ¿estamos realmente preparados para abrazar esta revolución a gran escala? Las cifras son impresionantes, pero esconden desafíos igualmente gigantescos. El futuro de la energía solar depende no sólo de la innovación tecnológica sino también de la capacidad de los gobiernos y las industrias de colaborar para superar los obstáculos económicos y ecológicos.