La coronación de Carlos III en mayo de 2023 costó a los contribuyentes británicos 72 millones de libras (86,5 millones de euros).
Lo suficiente como para irritar a los antimonárquicos que critican el gasto desconectado de la realidad de los contribuyentes.
¿La familia real británica no está en contacto con la realidad? Según cifras oficiales publicadas el jueves, la coronación del rey Carlos III el pasado mes de mayo costó a los contribuyentes británicos 72 millones de libras (86,5 millones de euros). Se han levantado fuertes críticas para denunciar un gasto demasiado elevado y desconectado de la realidad de los contribuyentes, a quienes se ha exigido duros esfuerzos en los últimos años.
Según estas cifras, el Departamento de Cultura, Medios y Deportes (DCMS) gastó £50,3 millones, mientras que los costes para asegurar la coronación por parte del Ministerio del Interior alcanzaron £21,7 millones. Carlos fue coronado rey oficialmente en la Abadía de Westminster en mayo de 2023 en una ceremonia a la que asistieron dignatarios de todo el mundo. La noche siguiente se organizó un suntuoso concierto en el Castillo de Windsor.
Sumas excesivas mientras el país está en crisis
Es probable que la revelación del proyecto de ley global, para el cual algunas estimaciones superan los 100 millones de libras, provoque nuevas condenas por parte de los antimonárquicos en el Reino Unido. Estos últimos han aumentado sus críticas a la familia real y a las sumas que recibe -que consideran excesivas e injustas- en estos tiempos de escasez presupuestaria.
El país está atrapado en una crisis pospandémica, con la inflación en su nivel más alto en décadas durante la mayor parte del año pasado. La falta de crecimiento económico ha provocado una disminución del nivel de vida. Los escépticos señalan también que el monarca británico, que recibe más dinero público que sus homólogos europeos, es un multimillonario capaz de pagar la mayor parte de las facturas de la institución.
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Según una encuesta de YouGov realizada antes de la coronación, más de la mitad de los británicos pensaban que el gobierno no debería financiar la ceremonia. La familia real se ha enfrentado recientemente a pedidos de mayor transparencia y reforma de sus propiedades, después de que una investigación mostrara que se beneficiaban de establecimientos públicos al tiempo que recibían importantes exenciones fiscales.
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