Este verano, el cielo nocturno albergará un raro evento celeste cuando T Coronae Borealis (T CrB) se convierta en nova, haciéndola incluso visible a simple vista durante unos días durante el verano. Ubicada en la constelación de la Corona Boreal, T CrB es un sistema estelar compuesto por una enana blanca y una gigante roja envejecida. Su órbita cercana provoca una transferencia de materia de la gigante roja a la enana blanca, lo que lleva a por último a una reacción de fusión desbocada que produce una brillante explosión de luz. Esta es la primera nova de T CrB en este milenio; la última ocurrió en 1946.
T CrB es una nova “recurrente”, que entra en erupción aproximadamente cada 80 años, a diferencia de otras novas que sólo pueden aparecer una vez cada mil años. La estrella comenzó a atenuarse en marzo de 2023, lo que llevó a los astrónomos a predecir que la nova se produciría en septiembre. Aunque las novas aparecen unas diez veces al año en la Vía Láctea, normalmente son demasiado débiles para verlas sin un telescopio. T CrB debería alcanzar una magnitud de 2, lo que la haría tan brillante como Polaris, lo que la hará distinguible a simple vista.
Este evento extremadamente raro atraerá inevitablemente la atención de astrónomos tanto aficionados como profesionales. El Telescopio Espacial Fermi de Rayos Gamma de la NASA, el Observatorio Neil Gehrels Swift, el Telescopio Espacial James Webb y otros observatorios observarán la nova en varias longitudes de onda. Los científicos dicen que los datos recopilados mejorarán la comprensión de la transferencia de masa entre estrellas y los procesos termonucleares durante las novas, proporcionando información valiosa sobre estos espectaculares fenómenos cósmicos.
