Después de las habituales declaraciones pomposas en la última conferencia sobre cambio climático en Bakú, Azerbaiyán, los guardianes del medio ambiente de África y su asociación internacional se quedan con poco más que una lista de deseos para el futuro.
Mientras los países desarrollados todavía se devanan los sesos para encontrar un equilibrio entre las ganancias generadas por la industria y la justicia climática, el grupo de negociadores y líderes africanos en la COP29 ha puesto su mirada en más dinero para ayudar al continente a enfrentar el cambio climático.
Piden al menos 1,3 millones de dólares al año hasta 2030.
Esto debe hacerse sobre la base de una financiación climática equitativa, asociaciones globales más sólidas y acciones urgentes para abordar la crisis climática en el continente que representa las menores emisiones globales.
La Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (CEPA) recordó en un comunicado de la conferencia de Bakú al resto del mundo, en particular a los países más ricos, que el continente, aunque es el menos responsable de las emisiones globales, sufre algunos de los impactos más severos del clima. cambio climático, perdiendo en promedio un 5% del PIB cada año debido a la perturbación climática.
Para la ECA, la financiación climática equitativa es la pieza central de la estrategia.
En lugar de gastar más en salud y educación, muchos países africanos se encuentran gastando más en el servicio de la deuda cada año, una situación que la ECA y sus socios dicen que debe cambiar si la cruzada contra el cambio climático debe tener un impacto significativo.
El Fondo de Pérdidas y Daños, establecido en la COP28, es una parte vital de este esfuerzo. La implementación del fondo proporcionaría recursos esenciales a los países que ya sufren inundaciones, sequías y aumento del nivel del mar.
En varios países africanos, entre ellos Senegal, Nigeria, Guinea, Níger, Chad, Camerún y Ghana, las inundaciones han provocado graves crisis humanitarias que afectan a millones de personas. Los observadores del cambio climático han culpado directamente de esta situación climática adversa a las incesantes emisiones de gases de efecto invernadero de las industrias en las regiones desarrolladas del mundo, donde las ganancias superan las consideraciones morales relativas al medio ambiente.
Los recursos naturales de África, en particular la cuenca del Congo, son una prioridad importante, ya que absorbe 1.500 millones de toneladas de carbono al año y ha secuestrado 31.000 millones de toneladas hasta la fecha. Actualmente, los créditos de carbono africanos se venden a sólo 5 dólares por tonelada en los mercados voluntarios, en comparación con más de 80 dólares en los mercados regulados.
Los líderes africanos están pidiendo un marco integral para guiar los mercados de cumplimiento, garantizando la transparencia y credibilidad en el comercio de carbono.
Se espera que para la próxima COP se logren avances significativos para salvar a África y al resto de las regiones desfavorecidas pero devastadas del mundo de nuevas crisis climáticas.
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