Rafael Nadal, leyenda indiscutible del tenis, dejó una emoción particular tras su derrota en cuartos de final por 6-4, 6-4 ante Botic van de Zandschulp. Con palabras llenas de significado, confió: “Siento que fue mi último partido individual profesional. »
Además añadió: “Si fuera capitán, no me elegiría a mí mismo. » Estas palabras, teñidas de melancolía, marcan el probable final de una carrera excepcional, marcada por 22 títulos de Grand Slam e innumerables momentos grabados en la historia del deporte.
Si España consigue clasificarse para las siguientes fases de la Copa Davis, Nadal dejará la puerta entreabierta. No descarta la posibilidad de participar en un posible partido de dobles, menos exigente físicamente, si se presenta la oportunidad.
Este último capítulo podría luego dar un giro colectivo, un homenaje final a un jugador que siempre ha destacado el espíritu de equipo y la pasión por el juego.
De cualquier manera, para millones de fanáticos en todo el mundo, este último partido de individuales parece marcar el fin de una era. Una salida sobria, digna de quien siempre ha demostrado humildad y grandeza, tanto dentro como fuera de la cancha.
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