En Barcelona, ​​la caída “brutal” del poder adquisitivo

En Barcelona, ​​la caída “brutal” del poder adquisitivo
En Barcelona, ​​la caída “brutal” del poder adquisitivo
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Si los salarios españoles tienden a aumentar con los años, el fuerte aumento de la inflación atenua el aumento de las rentas, en detrimento del poder adquisitivo ibérico. ¿Cuál es el impacto en Cataluña?

Foto: Cyane Morel/Equinox

La ecuación entre salario, poder adquisitivo e inflación es un verdadero enigma. Pese a una subida del 5% del salario mínimo español desde el 1 de enero de 2024, la inflación sigue devorando el poder adquisitivo de los ibéricos. De hecho, en Cataluña cayó alrededor de un 10% entre 2009 y 2023.

Sin embargo, según las cifras anuales de la agencia Adecco, 2023 acabó con un aumento del salario medio de los trabajadores catalanes del 5,2% respecto a 2021. Así, el año pasado alcanzó los 2.056 euros mensuales.

Sin embargo, el período inflacionario ha cambiado las cartas. De media anual, la inflación española aumentó un 3,5% en 2023 (frente al +8,4% en 2022), según el Ministerio de Economía de la Península Ibérica. Malas noticias para el bolsillo de los catalanes.

El poder adquisitivo a media asta

Las estadísticas salariales esconden una realidad más preocupante: el poder adquisitivo en Cataluña. La capacidad adquisitiva, una vez actualizada la inflación y los impuestos, disminuyó un 1,5% el año pasado. Esto supone una reducción media del gasto de 387 euros en un año… ¡Y la situación dura más de una década! Desde 2009, el poder adquisitivo de los empleados ha caído un 9,8%.

Al mismo tiempo, las cifras confirman que más allá del actual ciclo inflacionario, la subida del índice de precios al consumo (IPC) también está erosionando el poder adquisitivo de los catalanes y ampliando las desigualdades sociales. Ante esta situación, expertos del mundo económico comoObservatorio Desca o la Plataforma para una Fiscalidad Justa (La Plataforma Legal Fiscal) piden proteger a los ingresos más bajos de la espiral inflacionaria, al tiempo que sugieren que se apliquen nuevos impuestos a los beneficios empresariales.

Ingresos dispares

Otro problema destacado: la disparidad de salarios. Ernest Gutiérrez, experto en Economía y Derechos Sociales del Observatorio Desca, recordó el pasado mes de febrero, en los medios públicoque alrededor del 38% de la población catalana recibe menos de 1.500 euros brutos al mes y el 12% gana menos del salario mínimo (1.134 euros al mes en 2024).

Como recordatorio, 1.516 euros es el salario mínimo neto para vivir bien en Barcelona en 2024 según el estudio del Área Metropolitana (AMB). El desequilibrio de rentas se refleja significativamente entre sectores de actividad. Por ejemplo, la industria encabeza la lista de salarios más altos en 2023, superando al sector financiero. Al mismo tiempo, el comercio y el turismo siguen siendo inferiores en términos de remuneración segúnObservatorio Desca.

Pocas medidas para proteger el poder adquisitivo

En un contexto de aumentos excesivos de precios en ámbitos como la vivienda y la alimentación, “el impacto en el poder adquisitivo fue brutal”, lamenta el experto del Observatori Desca. Además de denunciar el empobrecimiento de las clases medias, Ernest Gutiérrez lamenta que “No se han aplicado medidas para proteger los gastos de vivienda y alimentación”.

En Barcelona, ​​la vivienda es efectivamente, con diferencia, el mayor gasto del mes. Una persona que vive sola en el área metropolitana y gana el salario de referencia tendría que gastar casi la mitad de su salario en vivienda (48%). En Barcelona, ​​los gastos son aún más importantes, ya que los alquileres siguen aumentando (un 50% en los últimos ocho años).

Para remediar esta deriva, Gutiérrez propone, como mínimo, equiparar el aumento de los salarios en general con el del IPC y que las políticas tengan un impacto en el mercado. “El aumento de los precios de los alimentos y de los alquileres se podría haber evitado” según él. Por lo tanto, los expertos piden proteger sectores esenciales, como la vivienda y la alimentación, y gravar los ingresos del capital y los márgenes de beneficio para permitir a los ciudadanos mantener un nivel de vida digno.

Los alquileres en Barcelona siguen aumentando

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