Publicado el 18 de noviembre de 2024 a las 17:43 horas. / Modificado el 18 de noviembre de 2024 a las 17:43 horas.
Al autorizar a Ucrania a utilizar misiles de largo alcance para atacar territorio ruso, Washington está dando un paso que algunos describen como un importante cambio estratégico en el conflicto. Moscú no dudará en denunciar una escalada de la OTAN amenazando una vez más a Europa con una conflagración. La realidad es que estas armas simplemente ayudarán a frenar la actual campaña terrorista rusa: a medida que entra el invierno, Moscú de hecho está aprovechando sus capacidades energéticas para congelar a los ucranianos. Más que una ventaja decisiva, estos misiles significan principalmente un reequilibrio de fuerzas.
Después de la elección de Donald Trump, que está considerando una capitulación de Ucrania en nombre de la paz, es probable que la decisión de Joe Biden suba un poco la moral de los ucranianos mientras conmemoran el milésimo día de su agresión. Son los que más lo necesitan, con las fuerzas rusas (y ahora norcoreanas) a la ofensiva en todo el frente. ¿Pero cuánto tiempo durará este apoyo? ¿Y con qué efecto sobre el resultado de la guerra?
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