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La muerte del joven Thomas, de 16 años, durante una fiesta del pueblo en Crépol, en Drôme, provocó una oleada de conmoción. Un año después, la colosal investigación para rastrear la noche de la tragedia sigue en marcha. Si bien aún no se ha identificado al autor del apuñalamiento mortal, las circunstancias de la muerte del estudiante de secundaria siguen sin estar claras.
El 19 de noviembre de 2023, el “baile de invierno” en Crépol, pueblo de Drôme, se convirtió en una tragedia. El joven Thomas, estudiante de secundaria de 16 años y jugador aficionado de rugby, fue asesinado esa noche después de una pelea entre jóvenes. Un año después, las circunstancias de su muerte siguen sin estar claras y se desconoce el autor del golpe fatal.
Durante esta noche, la fiesta del pueblo degenera y estallan enfrentamientos entre los jóvenes llegados durante la noche y un grupo de lugareños. En un contexto confuso, los primeros sacan cuchillos e hieren gravemente a cuatro personas, entre ellas el joven Thomas, que sucumbe a sus heridas en la ambulancia.
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14 mis en examen
Los investigadores realizaron rápidamente las primeras detenciones. Otros seguirán en marzo. En total, 14 personas, entre ellas tres menores de edad en el momento de los hechos, están imputadas por “homicidio doloso y tentativa de homicidio doloso por banda organizada”. Nueve sospechosos se encuentran en prisión preventiva y cinco bajo supervisión judicial.
Pero en un año, a pesar de más de 350 audiencias, la presencia de unos 450 testigos en la velada, peritajes de ADN y la existencia de vídeos extraídos de los teléfonos móviles de las personas presentes en el lugar, los investigadores todavía no han adquirido ninguna certeza sobre el autor del golpe fatal. Todos los acusados, ocho de los cuales permanecen detenidos, niegan su responsabilidad, aunque las sospechas se centran en dos o tres de ellos, según una fuente cercana al caso.
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Zonas grises difíciles de aclarar
Según un reciente informe pericial médico consultado por BFMTV, fue imposible determinar si las heridas de Thomas y las otras cuatro víctimas fueron causadas por una sola arma o por varias armas. Por tanto, es imposible saber si fueron o fueron varios los autores de los apuñalamientos que provocaron la muerte del adolescente. Sobre todo porque nunca se encontraron las armas homicidas.
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Las condiciones del suceso, en particular el gran número de testigos y el estado de ebriedad de algunos, también complicaron la tarea de los investigadores. Los testimonios recogidos a veces se contradicen o carecen de detalles. Además, la escena del crimen estaba “particularmente degradada debido al gran número de personas que habían pisoteado el suelo”, describieron los gendarmes. Las sesiones de identificación (procedimiento durante el cual una víctima o un testigo debe identificar a un sospechoso entre varias personas) tampoco arrojaron resultados.
La investigación sigue en curso
A pesar de estas dificultades, la investigación “avanza y avanza bien”, aseguró M.mi Guillaume Fort, cuyo bufete defiende a varios acusados, a BFMTV. “Nos estamos acercando a la verdad”, afirmó el hombre que espera que algunos de los sospechosos puedan ser exonerados. “Hay 14 acusados, pero no 14 asesinos”, resume Elise Rey-Jacquot, que defiende a dos hombres junto con su colega Bilel Hakkar. Defiende el escenario de una “pelea de graduación que se intensifica, no un ataque racista organizado y planificado”. Esta semana deberán celebrarse nuevas audiencias, que podrían resultar decisivas.
Por su parte, la familia de Thomas, recibida esta semana por los dos jueces de instrucción junto con otras víctimas, dice estar dispuesta a esperar el tiempo necesario para las investigaciones, según su abogado Alexandre Farelly. Mientras que los familiares del estudiante de secundaria esperan desde hace un año el resultado de la investigación, quisieron subrayar su “confianza” en la justicia y se arman de “paciencia”. “Son una familia normal, que se enfrenta a algo que les supera y consiguen mantenerse dignos”, confiesa su abogado.