La administración Biden acaba de autorizar el uso de misiles ATACMS, suministrados por Estados Unidos al ejército ucraniano contra Rusia. Su alcance se estima en varios cientos de kilómetros.
Un cambio estratégico importante. El domingo 17 de noviembre de 2024, Washington dio luz verde a Ucrania para atacar territorio ruso con misiles de largo alcance suministrados por Estados Unidos, según indicó a la AFP un responsable estadounidense. Esta decisión se produce tras nuevos ataques rusos que tuvieron como objetivo la red energética ucraniana y dejaron diez muertos. También responde a una petición de larga data del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.
De hecho, esta decisión del presidente estadounidense, en el cargo hasta el 20 de enero de 2025, Joe Biden, ofrece una nueva opción militar significativa a Ucrania, permitiéndole considerar una posible respuesta tras el violento contraataque de Moscú. De hecho, el último fin de semana de ataques masivos rusos, apoyados por cerca de 50.000 hombres, incluido el refuerzo de 10.000 norcoreanos en la región rusa de Kursk, conquistada por Kiev en agosto de 2024, precipitó la decisión de Joe Biden de lanzar los famosos misiles de largo alcance.
La prioridad para Ucrania es clara: conservar una parte del territorio ruso, sobre todo antes de que asuma el poder Donald Trump, que anunció durante su campaña que resolvería la guerra “en 24 horas” y se muestra regularmente muy crítico con la ayuda estadounidense a Ucrania. Este domingo, de nuevo, un asesor cercano en política exterior de Donald Trump, Richard Grenell, no se anduvo con rodeos sobre la decisión de Joe Biden: “Nadie anticipó el hecho de que Joe Biden iba a provocar una escalada de la guerra en Ucrania durante la transición”. Período, es como si estuviera comenzando completamente una nueva guerra. Todo ha cambiado ahora. Todos los cálculos anteriores son nulos y sin valor.
La Casa Blanca habla de un cambio de rumbo preventivo; se podría tratar de convencer al líder norcoreano, Kim Jong-un, de los daños causados por su implicación en Ucrania, en particular en lo que respecta al coste humano. Sin embargo, es imposible conocer los detalles del acuerdo de defensa mutua entre Rusia y Corea del Norte, especialmente en materia nuclear. Hasta ahora, la negativa de Estados Unidos a suministrar estos misiles a Ucrania se basaba en el temor a una escalada por parte de Rusia. Pero en realidad la escalada se produjo, con la presencia de soldados norcoreanos junto al ejército de Vladimir Putin.
Misiles balísticos con un alcance de 300 km.
Si el uso de misiles estadounidenses de largo alcance podría cambiar significativamente la cara del ejército ucraniano, ¿de qué estamos hablando realmente? Se trata de misiles balísticos tierra-tierra de largo alcance MGM-140 ATACMS (Army TActical Missile System), capaces de alcanzar un objetivo a una distancia de hasta 300 kilómetros. Estas máquinas viajan a una velocidad cercana a la del sonido. Los primeros misiles fueron entregados a Kiev en octubre de 2023, pero su alcance se limitó a 165 kilómetros. Por lo tanto, los nuevos misiles ATACMS podrán alcanzar objetivos más dentro del territorio ruso.
En realidad, Ucrania ya tenía algunos a su disposición, pero no estaba autorizada a utilizarlos en territorio ruso. Su uso estaba restringido a objetivos rusos en los territorios ocupados de Ucrania, en la Crimea anexada y en las regiones fronterizas rusas directamente relacionadas con los combates con Moscú.
Sitios logísticos, aeródromos… Los nuevos objetivos
Estos misiles balísticos de fabricación estadounidense podrían permitir a Kiev llegar a los sitios logísticos del ejército ruso y a los aeródromos desde donde despegan sus bombarderos. Un activo que, hasta ahora, faltaba gravemente en el ejército ucraniano. Ya utilizados en la Guerra del Golfo y luego durante la invasión de Irak en 2003, estos misiles contienen nada menos que 170 kilos de explosivos, según el New York Times, y están equipados con un sistema GPS especializado. Como era de esperar, el primer objetivo podría ser la región fronteriza rusa de Kursk, donde las tropas rusas cuentan con la ayuda de soldados de Corea del Norte.
¿La luz verde dada por Washington podría encender la disputa entre Rusia y Occidente? El presidente ruso Vladimir Putin advirtió recientemente que tal decisión significaría que “los países de la OTAN están en guerra con Rusia”. Al mismo tiempo, esta decisión tardía pero contundente de Estados Unidos podría alentar a otros aliados a hacer lo mismo, por ejemplo el Reino Unido.