A 26 años de su muerte, del esqueleto de esta ballena sigue manando petróleo ????

A 26 años de su muerte, del esqueleto de esta ballena sigue manando petróleo ????
A 26 años de su muerte, del esqueleto de esta ballena sigue manando petróleo ????
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A primera vista, el esqueleto de una ballena puede parecer una mera reliquia del pasado. Sin embargo, la de KOBO, una ballena azul, desvela una sorpresa inesperada. A pesar de su muerte hace más de veinte años, su historia no parece haber terminado.

El esqueleto de KOBO está en exhibición en el Museo Ballenero de New Bedford en Estados Unidos. Descubierto en circunstancias dramáticas, este animal se cruzó con un camión cisterna, lo que le costó la vida. El trágico accidente de KOBO plantea interrogantes sobre los peligros que enfrentan estos gigantes de mers.

type="image/webp">> Foto Museo Ballenero de New Bedford

La ballena azul es uno de los animales más grandes de la Tierra, mide hasta 24 metros y pesa hasta 150 toneladas. Sin embargo, esto especies está amenazado, con población mundial habiendo caído de 125.000 a alrededor de 3.000 personas en menos de un año siglo. La caza intensiva durante las últimas décadas ha contribuido decisivamente a esta disminución. Pero volvamos a KOBO. La limpieza de su cuerpo duró cinco meses. Después de su muerte, sus huesos fueron sumergidos en las aguas del puerto de New Bedford para eliminar el tejido orgánico restante. Un proceso minucioso, pero que no resultó en la extracción completa delaceite presente en sus huesos.

Así, KOBO sigue produciendo petróleo, un fenómeno fascinante para los visitantes. Esta sustancia, que se escapa lentamente, recuerda a los investigadores la importancia del petróleo para las ballenas vivas, ya que les sirve como aislamiento térmico y como fuente de energía. Se han instalado dispositivos para recuperar este aceite, con el fin de evitar molestias a los visitantes. Sin embargo, esta fuga de petróleo también permite imaginar las condiciones de vida a bordo de los barcos balleneros de antaño.

Históricamente, el aceite de ballena ha tenido muchas aplicaciones, desde la lubricación hasta la iluminación. En el siglo XIX era tan buscado que incluso se utilizó para fabricar explosivos durante las guerras mundiales. Este contexto histórico enriquece aún más la historia de KOBO.

Hoy en día, el esqueleto de KOBO sigue fascinando tanto a científicos como a entusiastas. A pesar de su muerte, su legado sigue vivo y destaca las cuestiones que rodean la conservación de las especies marinas. KOBO no es sólo un esqueleto; es un símbolo vivo de la lucha por proteger los océanos.

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