El diario francés “Le Monde” dedicó su carta del Sudeste Asiático a la nueva ciudad construida a orillas del Mekong por el magnate chino del juego Zhao Wei. Publicamos un extracto y le recomendamos que lea y se suscriba a Le Monde.
En Laos, en la “capital” del Triángulo de Oro, gotas de legalidad en un océano de criminalidad
Las peores historias circulan sobre esta nueva ciudad, a orillas del Mekong, concedida en 2007 por noventa y nueve años a un magnate del juego chino llamado Zhao Wei.
A orillas del Mekong, en Laos, frente a Tailandia, sólo lo vemos: el casino Kings Romans, un coloso dorado cuyas puntas se elevan en corola hacia el cielo. En la entrada se exponen dos Rolls-Royce. El césped está impecablemente mantenido. Un Lamborghini amarillo fracasa. Durante el día, en las salas de juego, reconocemos a los pequeños jefes chinos que andan sueltos, con los brazos tatuados y el pelo muy corto. Es humeante, es elegante, los impasibles croupiers laosianos lucen trajes impecables: estamos aquí, en un Macao de las fronteras, la acertadamente llamada “zona económica especial del Triángulo de Oro”, un pedazo de Laos comunista concedido en 2007 por cuatro veinte -Diecinueve años a un magnate de los juegos chino llamado Zhao Wei.
Si lleva este nombre es porque el famoso Triángulo de Oro, este vasto territorio dividido entre Birmania, Laos y Tailandia que se convirtió en el epicentro mundial del tráfico de opio en los años 1960 y 1970, tiene su centro de gravedad a un paso del casino. en medio del Mekong, en la intersección de las fronteras entre estos tres países.
En el lado tailandés, los turistas se regalan emociones fuertes con un minicrucero en canoa por estas aguas revueltas o visitan el “museo del opio”. Por la noche, cenan en la terraza, junto al río, frente a la “ciudad del vicio” – “capital” y ciudad más grande de la región – que brilla con todas sus luces.
El Triángulo de Oro está en auge: Birmania no sólo volverá a ser en 2023, gracias a la guerra civil, el primer productor mundial de opio, sino que suministra la mayoría de las drogas sintéticas que se consumen en todo Asia. En cuanto al dinero sucio que fluye a través de los casinos construidos apresuradamente durante décadas en estas zonas fronterizas mal reguladas, ahora fluye libremente, en forma de criptomonedas, gracias a los juegos en línea y a las operaciones de fraude cibernético orquestadas por las mafias chinas en el Sudeste Asiático…
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