la guerra de tres dias
lanzado por los rusos en febrero de 2022, hace casi mil días, tiene todo lo de un fiasco. Se perdieron las conquistas territoriales iniciales en el norte y el sur de Ucrania; El ejército ruso está experimentando una hemorragia sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial y los indomables ucranianos apoyados por Occidente siguen haciendo frente a ello.
Sin embargo, más del 18% del territorio ucraniano, si incluimos Crimea y los sectores del Donbass que ya están en manos rusas desde 2014, escapan ahora del control de Kiev. Además, los demenciales esfuerzos del ejército ruso le están permitiendo actualmente devorar franjas del este de Ucrania. Durante cada una de las últimas semanas, las ganancias territoriales rusas en detrimento de los ucranianos han variado de 160 km2 a 200 km2, estimó el cartógrafo francés que publica sus análisis sobre “X” bajo el nombre “El pollo volador”. El objetivo es llegar con fuerza a la futura mesa de negociaciones, sobre todo si se acepta la idea de Donald Trump, que acaba de ganar las elecciones que reabrirán las puertas de la Casa Blanca en enero, de imponer el fin de la congelación de las hostilidades. el frente y confirmando de facto las conquistas territoriales rusas.
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Un triple objetivo
Por eso el gobierno ruso pretende alcanzar objetivos nuevos y precisos.
En primer lugar, expulsar a las fuerzas de Kiev del territorio ruso reconquistando la zona al sur de Kursk que ha estado en manos de los ucranianos desde agosto pasado. De ahí el supuesto despliegue de unos diez mil soldados norcoreanos junto a los rusos.
Luego, se multiplican los ataques en el Este, desde Koupiansk (norte de Donbass) hasta Robotyne (sur de Donbass), cerca de la gran ciudad de Zaporizhia. Por lo tanto, de norte a sur, las fuerzas rusas están atacando en masa en varios ejes. Uno de sus objetivos es la ciudad de Kupiansk donde intentaron una incursión el miércoles 13 de noviembre. También apuntan a Slaviansk, Chassiv Yar, Kostiantynivka y Pokrovsk, donde los feroces combates están desangrando ambos bandos.
Por último, cortar las vías de comunicación por carretera y ferrocarril e impedir la llegada de refuerzos y suministros, vitales para los defensores del suelo ucraniano. A pesar de los avances rusos, las pérdidas humanas y el cansancio, estos últimos todavía cuentan con el apoyo de una mayoría de la población. De hecho, un 58% de los ucranianos siguen oponiéndose a las concesiones territoriales a Rusia para lograr la paz, según una encuesta publicada el martes por el Instituto Internacional de Sociología de Kiev (KIIS).
En una entrevista difundida el sábado, Volodymyr Zelensky reconoció una situación “realmente complicado” en el frente oriental antes de agregar: “Debemos hacer todo lo posible para garantizar que esta guerra termine el próximo año. Debemos ponerle fin por medios diplomáticos. » En una declaración conjunta el sábado, los miembros del G7 aseguraron permanecer “Unidos junto a Ucrania”. Por su parte, el canciller alemán Olaf Scholz pidió el viernes a Rusia que muestre su “voluntad de iniciar negociaciones con Ucrania con miras a una paz justa y duradera” según el gobierno alemán. Una iniciativa criticada por Kiev pero también, el sábado, por la oposición conservadora alemana, que la acusó de haber contribuido a la “propaganda” de Moscú.