¿Qué programa espacial estadounidense para Donald Trump?

¿Qué programa espacial estadounidense para Donald Trump?
¿Qué programa espacial estadounidense para Donald Trump?
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Los dos multimillonarios, que no temen cambiar las cosas, comparten también la ambición de hacer historia, uno de los atractivos de la conquista del espacio. Al sector le espera “una montaña rusa”, resume George Nield, presidente de una empresa que promueve actividades espaciales privadas. “La gente se abrocha el cinturón y espera lo mejor. »

El interés de Donald Trump por el espacio no es nuevo: durante su primer mandato, creó un comando espacial militar y revivió un organismo asesor encabezado por el vicepresidente, el Consejo Nacional del Espacio.

Sobre todo, fue durante su primer mandato cuando se anunció el programa Artemis, cuyo objetivo es llevar a los estadounidenses de regreso a la Luna (en 2026) para prepararse para las misiones marcianas. Sin embargo, ya en ese momento, el republicano se mostró escéptico sobre la utilidad de regresar a la Luna antes que a Marte.

Durante la campaña, Donald Trump prometió: “Queremos llegar a Marte antes del final de mi mandato”. Un objetivo alcanzable según el optimista Elon Musk, obsesionado con el planeta rojo.

Según George Nield, el programa Artemis podría al menos “acelerarse”, o incluso “cancelarse”: “Podrían pasar página y decir: olvidemos la Luna, ya hemos estado allí, centrémonos en Marte. » Una decisión así representaría un terremoto para este programa valorado en más de 90 mil millones de dólares.

La tripulación de Artemis 2, que debe dar la vuelta a la Luna por primera vez desde el Apolo (sin aterrizar allí), debe despegar en septiembre de 2025. Pero este reenfoque marciano podría verse atenuado por el riesgo de ver a China, que Donald Trump implacablemente slams: instálate solo en el polo sur lunar, también objetivo de las misiones Artemis.

Conflictos de intereses

La cuestión del vehículo para estas misiones también está en boca de todos. Elon Musk desprecia el nuevo cohete SLS de la NASA, que actualmente está previsto para desempeñar esta función, porque no es reutilizable y, por tanto, muy caro. A diferencia del lanzador pesado Starship desarrollado por su empresa SpaceX.

En la noche presidencial, Donald Trump elogió la destreza de Starship en su discurso de victoria. ¿Podría este cohete privado reemplazar al lanzador de la NASA? Se están alzando voces para defender los méritos de esta idea.

Pero la hipótesis también plantea la cuestión de los conflictos de intereses provocados por la nueva influencia de Elon Musk, que gastó decenas de millones de dólares en la campaña del republicano.

Sobre todo desde que fue nombrado jefe de una comisión encargada de luchar contra la burocracia y de la “eficiencia gubernamental”, incluida la de las agencias en contacto directo con SpaceX.

Elon Musk se ha quejado regularmente de los retrasos del regulador aéreo (FAA) a la hora de autorizar los despegues de Starship, en particular debido a las normas medioambientales, que podría verse tentado a reformar.

Su empresa se beneficia de importantes contratos con la NASA, cuyos astronautas transporta a la Estación Espacial Internacional desde 2020, o con el Pentágono, cuyos satélites lanza. También se han celebrado contratos con su servicio Starlink, que proporciona Internet desde el espacio.

Según Donald Trump, Elon Musk “brindará asesoramiento y orientación desde fuera del gobierno”. Una formulación vaga destinada a “difuminar las líneas”, a eludir “las normas relativas a los conflictos de intereses”, critica la profesora de derecho Kathleen Clark. Le preocupa que a Elon Musk se le permita “interferir con la adjudicación de contratos o la aplicación de regulaciones”.

¿Quién será el nuevo jefe de la NASA?

La comisión de Elon Musk también podría recomendar reducir el número de centros de la NASA: diez actualmente en todo el país. “Probablemente sea una buena idea”, según George Nield, pero que ha “encontrado resistencia” en el pasado, ya que los senadores temen la pérdida de puestos de trabajo asociados en sus estados.

Y si el espacio ha sido políticamente neutral durante mucho tiempo, la participación de Elon Musk podría provocar protestas demócratas. ¿Qué pasará, por ejemplo, con las misiones de la NASA que estudian el cambio climático?

Se esperan unas primeras indicaciones de rumbo con el nombramiento del nuevo director de la NASA. Aún no se han filtrado nombres.

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