“Soy un luchador, no un criminal”viene insistiendo desde hace décadas. Encarcelado durante 40 años, Georges Ibrahim Abdallah fue condenado en 1987 a cadena perpetua por su participación en el asesinato de dos diplomáticos, el estadounidense Charles Ray y el israelí Yacov Barsimentov. En ese momento, ambos hombres habían sido asesinados en París en 1982 por la Fracción Armada Revolucionaria Libanesa (FARL), un grupo prosirio y antiisraelí que Abdallah supuestamente dirigía en Francia.
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Aunque en teoría su liberación era posible desde 1999, sus solicitudes anteriores habían sido rechazadas sistemáticamente. Un intento en 2013 fracasó por falta de una orden de expulsión, ya que las autoridades francesas no encontraron un país dispuesto a acogerlo. Este viernes 15 de noviembre, la justicia finalmente cambió de posición: el tribunal de ejecución de pena aceptó la undécima solicitud de libertad condicional de Georges Ibrahim Abdallah. Aunque el fiscal nacional antiterrorista (PNAT) ha anunciado su intención de apelar, esta decisión marca un punto de inflexión en la historia de uno de los presos políticos más antiguos de Francia.
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Nacido el 2 de abril de 1951 en el norte del Líbano, Georges Ibrahim Abdallah es una figura controvertida. Para algunos, es un terrorista; para otros, encarna la lucha por la causa palestina. Su carrera comenzó en las filas del Partido Social Nacionalista Sirio (SSNP), antes de unirse al Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) tras la invasión israelí del sur del Líbano. Durante este conflicto, Abdallah también sufrió una lesión, que contribuyó a forjar su leyenda en la región.
Georges Ibrahim Abdallah, que ahora tiene 73 años, reivindica varios ataques en Francia, incluido el de Charles Ray y Yacov Barsimentov, que describe como actos de resistencia contra la agresión israelí apoyada por el ESTADOS UNIDOS. Detenido en 1984 en Lyon, fue juzgado y condenado en 1986 a cadena perpetua por su papel en el asesinato de los dos diplomáticos. Además, las autoridades francesas también lo acusan de estar involucrado en ataques violentos en Europa, incluidos ataques que causaron varias víctimas.
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Presión política sobre Francia
En prisión, el hombre se ganó una reputación de intelectual, como lo demuestran las visitas periódicas de diplomáticos libaneses y sus numerosas lecturas. Esta imagen de defensor de la causa árabe es particularmente fuerte en el Líbano, donde goza del apoyo inquebrantable de varios movimientos políticos, en particular Hezbolá. En Francia suscita reacciones contrastantes, que oscilan entre la admiración y el rechazo. Cada año se celebran manifestaciones frente a su prisión de Lannemezan para exigir su liberación.
A nivel diplomático, las autoridades libanesas, en particular el presidente Michel Aoun, han discutido periódicamente el expediente Abdallah con sus homólogos franceses, mientras que la ministra libanesa de Justicia, Marie-Claude Najem, lo visitó en 2022.
En este asunto, los temas son múltiples: la política interna francesa, las relaciones franco-libanesas y la percepción de Francia en el mundo árabe y en la escena internacional. Mientras Francia se encuentra bajo presión diplomática, el destino de Georges Ibrahim Abdallah bien podría convertirse en un nuevo ámbito de negociación en las relaciones franco-libanesas. La fecha de su libertad condicional se fijó para el 6 de diciembre, con la condición de que abandone el territorio francés.