El fitoplancton es un organismo esencial de nuestros océanos y, de facto, de nuestro ecosistema. Este pequeño organismo permite producir gran parte del oxígeno que respiramos, al mismo tiempo que absorbe dióxido de carbono; al mismo tiempo que sirve como alimento para múltiples especies marinas. Por tanto, su salud es crucial para el equilibrio de los océanos y la regulación del clima terrestre. Los investigadores también planean cuidar de ellos arrojando excrementos de ballena falsos al océano…
La explicación de las heces de ballenas falsas en el océano
El ecosistema oceánico está regulado por varios factores, incluidos los nutrientes de las heces de las ballenas. Lamentablemente, la población de estos cetáceos está disminuyendo, lo que obliga a los científicos a buscar soluciones.
Así es como investigadores de la Fundación WhaleX crearon excrementos de ballena sintéticos que imitan los innumerables efectos ecológicos positivos que aporta.
Ya arrojados al océano, su objetivo es “estimular la productividad del océano liberando nutrientes en aguas escasas y estimulando la proliferación de fitoplancton que absorbe dióxido de carbono y sustenta la vida marina”, informa Vice.
Para tu información, los excrementos de ballena tienen concentraciones de nutrientes de tres a siete veces superiores a las del agua de mar. Por tanto, son esenciales para el bienestar de los océanos.
También están previstos otros proyectos para preservar el ecosistema marino.
Otros científicos están defendiendo la sustitución de los excrementos de ballena, incluido David King, químico de la Universidad de Cambridge en Inglaterra.
Este último trabaja precisamente en un proyecto para regenerar la biomasa marina, pero dispersando polvo rico en nutrientes de fuentes volcánicas y glaciares por toda la superficie de los océanos del mundo.
También en este caso el objetivo es permitir la proliferación del fitoplancton y, de paso, restaurar los ecosistemas e incluso algunas poblaciones de peces. Este polvo sería arrojado a la superficie del océano, donde defecan las ballenas.
“Hay todo tipo de obstáculos antes de que verter montones de excrementos artificiales de ballena en los océanos para mantener el equilibrio se convierta en una práctica normal, incluidas cuestiones jurídicas que deben resolverse, tratados internacionales que regulan la contaminación del agua, de los océanos, etc.”, subraya Vice.
Queda por ver si todo esto será suficiente y, sobre todo, suficientemente eficaz.