Con motivo del centenario de la muerte de Joseph Conrad, Maël escribe y dibuja una bellísima adaptación de la famosa novela.
Después de un ciclo inspirado en su vida de marinero, joseph conrado ofertas con Contramaestre una ficción ambientada en Costaguana, un estado imaginario de América del Sur. Esta novela rica, ambiciosa y amarga se publicó en 1904.
La primera parte ambienta multiplicando los personajes y los puntos focales. Desde su independencia, el país ha experimentado una sucesión de golpes de Estado. Sulaco podría ser una provincia pacífica y remota, si la mina de plata de don Carlos, colono de origen inglés, no fuera objeto de toda codicia. El negocio pertenece a los financieros californianos, el imperialismo anglosajón sucede a la lejana tutela española. Sin embargo, el presidente derrocado y los generales golpistas necesitan dinero y la guerra está cada vez más cerca. Tras un salto en el tiempo, la segunda parte se centrará en Nostromo y el tesoro.
conrado alterna escenas épicas y batallas internas. Atormentados, sus personajes se ven llevados a tomar decisiones desafortunadas o trágicas. Objetivamente pesimista, la moraleja podría ser que el dinero te vuelve loco y lo corrompe todo.
Obligado a podar las intrigas, el escenario de maël se centra en la vida en Sulaco, su mina y sus personajes principales. “El capataz de cardadores”, literalmente el capataz de los estibadores, Nostromo es un poco jactancioso y, al menos al principio, honesto y valiente. Héroe popular, este sencillo marinero italiano supo ganarse la confianza de los amos de la ciudad, sin perder el respeto de los peones. Don Carlos la eligió para resguardar su tesoro.
Maël es un diseñador clásico que combina un trazo fino, preciso y elegante en tinta china con suaves lavados realzados con acuarelas. Su país es pobre, su calor es opresivo, su tierra dura y sus campesinos asolados por la pobreza. Deshonestos y violentos, se lucen sus generales y gobernadores. Ricos y apuestos, Don Carlos, su esposa y el joven Martín parecen librados de la descomposición del país. Nostromo, el personaje más complejo, combina la indiferencia de Blueberry, la arrogancia de henry fonda en Érase una vez en Occidente, para orgullo de un hidalgo sin dinero.
El encierro nocturno en la barcaza, el punto de inflexión de la novela, está admirablemente representado. Perdidos en el agua con Nostromo y Martín, intentamos febrilmente interpretar los ruidos y las sombras. Esperando con ansias la secuela y el final.
Stéphane de Boysson