La fortaleza del dólar de Trump no dejaría de tener consecuencias para la economía libanesa, que ya lleva más de cinco años en declive. Las palabras de John Connally, ex Secretario del Tesoro de Estados Unidos, pronunciadas en 1971, siguen siendo tan relevantes como siempre: “El dólar es nuestra moneda, pero es su problema”. Connally estaba hablando con funcionarios europeos en ese momento, mientras Estados Unidos estaba poniendo fin al sistema de Bretton Woods, poniendo fin a la convertibilidad del dólar en oro.
Aunque el valor del dólar está influenciado principalmente por la dinámica interna de Estados Unidos, sus fluctuaciones continúan causando repercusiones a escala global. Según un estudio del FMI publicado en 2023, los efectos negativos de un dólar fuerte tienden a durar alrededor de dos años y medio en las economías emergentes, en comparación con un año en los países desarrollados. El estudio destaca que una apreciación del dólar del 10% llevaría, un año después, a una caída de la producción del 1,9% en las economías emergentes. Los países ricos sufrirían un impacto menor, con un descenso del 0,6%.
Euforia bursátil
Las políticas económicas prometidas por el presidente electo Donald Trump han dejado a los operadores especulando que la administración entrante aumentará las ganancias corporativas estadounidenses a través de recortes de impuestos, desregulación y mayor endeudamiento gubernamental.
Es más, la euforia de las bolsas americanas y la evolución del dólar en los últimos días dan pistas de lo que podría suceder durante al menos parte del mandato de Trump. El índice Standard & Poor’s 500, que incluye a las mayores empresas estadounidenses, marcó récords consecutivos los días 6, 7 y 8 de noviembre.
El martes, el euro se debilitó un 0,5% a 1,0596 dólares, su nivel más bajo en un año, mientras que el yen cayó un 0,7% a 154,8 dólares. El dólar canadiense cayó por tercer día consecutivo, acercándose a su nivel más bajo en cuatro años.
Falta de dólares en el Líbano
Entrevistada por Ici Beirut, Nicole Ballouz Baker, profesora asociada de la Universidad Saint Joseph (USJ), explica que las expectativas optimistas suscitadas por la elección de Trump provocaron un aumento de la demanda del dólar, lo que provocó su apreciación. Para Estados Unidos, esto significa que las importaciones se abaratan, mientras que las exportaciones pierden competitividad. Por otro lado, para el Líbano, un país importador, la situación es la contraria: estamos experimentando una inflación importada.
Según ella, aunque la economía del Líbano está en gran medida dolarizada, lo que teóricamente podría mejorar nuestro poder adquisitivo, la realidad es diferente. “La recesión económica, que alcanzó el 50% debido a la guerra, ha reducido considerablemente la entrada de dólares (en particular, a través del turismo y las inversiones). Nuestras reservas de dólares en el Banco Central son insuficientes para cubrir los costos causados por la guerra. Esto obligará a un aumento de la oferta monetaria local mediante la impresión de libras libanesas, lo que alimentará aún más la inflación. Un auténtico círculo vicioso del que es difícil salir”.
Debilitamiento de la libra
Preguntado por Ici Beirut, Jassem Ajaka, experto económico, precisa que en el contexto de una dolarización informal de la economía, como es el caso en el Líbano, donde la moneda nacional todavía coexiste con el dólar utilizado masivamente para las transacciones, los ahorros o los préstamos, la El aumento del valor del dólar conduce inevitablemente a un mayor debilitamiento de la libra libanesa. Añade, sin embargo, que el actual tipo de cambio de la libra libanesa frente al dólar no refleja la realidad económica del país. Compara la economía libanesa con una serie de “nocauts ficticios” en un deporte de combate, donde una de las partes busca ganar tiempo. “En otras palabras, con presiones políticas, militares y financieras (registro en la lista gris, etc.), la oferta monetaria en dólares debería reducirse en más o menos largo plazo”, afirmó, subrayando en otro lugar de este contexto que ” el Estado utiliza el dólar aunque no tenga ingresos reales en esa moneda”. El Banco Central compra dólares en el mercado con las libras que tiene en sus arcas y las recupera gracias a una política fiscal que obliga a los contribuyentes a pagar en libras en efectivo.
Si considera que por el momento un aumento del valor del dólar a nivel internacional contribuye a fortalecer el poder adquisitivo de los libaneses, una reducción de la oferta monetaria en dólares en circulación sería inevitable a largo plazo sin reformas estructurales.
Según Jassem Ajaka, la vuelta al uso de la libra libanesa en la economía reflejaría la verdadera salud económica del país así como el estado real de sus instituciones públicas. En este caso, la moneda nacional sufriría una mayor depreciación frente al dólar.
Inyección de dólares por parte del BDL
En cuanto al economista Mahmoud Jébae, aporta una perspectiva diferente sobre la cuestión. Prefiere no especular sobre los efectos de un dólar fuerte en la economía libanesa, creyendo que “la subida del dólar tiene por el momento una influencia más psicológica que verdaderamente económica”.
Según él, el Banco del Líbano seguirá inyectando dólares en el mercado, apostando por un pronto fin del conflicto. Además, destaca la entrada anual de alrededor de 13 mil millones de dólares, resultante de las transferencias de la diáspora, las exportaciones y la ayuda de organizaciones no gubernamentales internacionales, lo que, a su juicio, elimina cualquier riesgo de escasez de divisas a corto plazo.
Trump no estaría de acuerdo
Dicho esto, la subida del dólar iría en contra de los deseos de Donald Trump, señalan algunos observadores. Durante mucho tiempo se ha quejado de que un dólar fuerte perjudica a los fabricantes nacionales y cuesta empleos en Estados Unidos, pero no puede obligar fácilmente a la Reserva Federal (Fed) a bajar las tasas de interés. Mientras la inflación siga siendo alta, las tasas de interés también seguirán siendo altas y la moneda estadounidense seguirá siendo el refugio seguro preferido para los inversores.