Menos pantallas son posibles sea cual sea tu edad

Menos pantallas son posibles sea cual sea tu edad
Menos pantallas son posibles sea cual sea tu edad
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La realidad es alarmante: los jóvenes pasan 3 horas y media por día entre semana con la nariz pegada al móvil y casi 5 horas por día de fin de semana. Estas cifras, del Informe James de 2022[1]sólo se refieren al teléfono inteligente. A esto se suman los tiempos pasados ​​frente a un ordenador, una consola o un televisor. “Sin duda, esto aumentará aún más en 2024. Entre los jóvenes de 15 y 16 años a los que entreno, algunos admiten pasar siete horas y media delante de una pantalla los sábados y domingos”, explica Marc-André Müller, ponente de la École des padres de Ginebra y entrenador de adolescentes.

Los adultos hiperconectados también

A menudo señalados por los adultos, los jóvenes no son ni mucho menos los únicos que permanecen en línea durante demasiado tiempo. “Después de una jornada laboral de ocho horas frente a una computadora, algunas personas todavía ven una serie cuando llegan a casa por la noche o se relajan viendo videos en su teléfono. A veces, sin darnos cuenta, ¡pasan en total doce horas frente a la pantalla al día! Es decir, seis meses al año”, continúa el especialista.

¿Qué podría ser más natural que sentarse cómodamente frente a una película para relajarse? ¿Es esto necesariamente problemático? Niels Weber, psicólogo de Lausana especializado en hiperconectividad, modera: “La pantalla es siempre un medio para alcanzar un objetivo. El uso intensivo no significa necesariamente molestias. Debemos analizar qué necesidades cubre dicha herramienta y observar el estilo de vida general de la persona y de quienes la rodean. Un directivo de empresa que no puede desconectar una vez llega a casa no necesariamente siente la necesidad de hacerlo, pero comprometerá su vida familiar. ¿Está ansioso por dejar su trabajo? Pasa exactamente lo mismo con una joven que pasa horas delante de TikTok. ¿Por qué lo hace? ¿Qué implica eso?

Encontrar los motivos que nos empujan a consultar la previsión meteorológica cinco veces al día o ver horas de vídeos de gatos divertidos es una buena forma de analizar nuestro consumo y modificarlo. “Las herramientas digitales están diseñadas para captar nuestra atención sin que nos demos cuenta. En sí mismos no son ni buenos ni malos, a menos que favorezcamos su uso en detrimento de otra cosa”, continúa Niels Weber.

Para no quedar atrapado en la pantalla, Marc-André Müller sugiere analizar lo que haces allí durante tres días consecutivos. “Una vez hecha esta observación, podemos decidir qué queremos detener o reducir. Cada uno debe elegir el tiempo que quiere dedicar a esta herramienta y ceñirse a él. ¡El objetivo es ser un usuario y no un esclavo de tu teléfono! Un adolescente que quiera dedicar una hora a enviar vídeos puede hacerlo, pero una vez transcurridos esos sesenta minutos, debe dejar la herramienta y seguir adelante. Es importante poner un final claro al tiempo de conexión sin abrumarse. Entonces el cerebro queda satisfecho”, explica el entrenador.

Pocas reglas, pero claras y respetadas.

En cuanto a los jóvenes, es responsabilidad de los padres establecer reglas claras en casa y hacerlas cumplir dando ejemplo. “La orden de desconectarse puede provocar mucha culpa. Por otro lado, permitirse no ser localizable cuando así lo decidas es rentable. Ofrecer una actividad familiar desconectada –para todos– es una buena forma de pasar tiempo juntos. Un consejo que suelo dar es anunciar que la desconexión se producirá a una hora determinada y poner un temporizador. Así, habrá un estímulo externo que captará la atención y permitirá apagar la herramienta”, explica Niels Weber.

Por último, las personas mayores no se libran de la llamada del teléfono inteligente. “Las interacciones digitales permiten compensar la imposibilidad de verse cuando una persona mayor no puede moverse con facilidad, pero –lo vimos claramente durante el Covid– no reemplazan el cara a cara”, concluye Niels Weber.

Cómo soltar tu pantalla

– No dormir con el teléfono: es mejor invertir en un despertador y dejar los dispositivos de todos los miembros de la familia en una cesta, en el salón por ejemplo.

– No comer con el teléfono: esto no sólo limita las interacciones familiares, sino que incita a comer más, porque la sensación de saciedad se siente menos rápidamente, al estar el cerebro ocupado en otra parte.

– Establecer una hora de desconexión por la tarde para toda la familia y retrasar la hora de volver a coger el teléfono por la mañana.

– Eliminar colores del teléfono inteligente (esto se hace fácilmente en la configuración) hace que la herramienta sea menos atractiva. Para ser probado como un desafío familiar: “¿Estamos tratando de aguantar dos días?”

– Elige actividades divertidas con familiares o amigos y no olvides moverte. ¡Cuanto más ocupados estemos, menos tiempo pasamos mirando las noticias de las redes sociales!

– Como padre: dé el ejemplo y acepte los “reordenamientos” de los niños cuando usted mismo se desvíe de las reglas familiares.

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Para ir más lejos:

  • Niels Weber, ¡Las pantallas, las manejo yo!ilustraciones de Clémentine Latron, Magenta éd. 2023.
  • “¿Cómo preservar tu bienestar mental ante la omnipresencia de las pantallas?”, Podcast “Un verano propio”, RTS, 10/07/2024. Escuche en: https://www.rts.ch/audio-podcast/2024/audio/comment-preserver-son-bien-etre-mental-face-al-omnipresence-des-ecrans-28565656.html

[1] https://www.zhaw.ch/storage/psychologie/upload/forschung/medienpsychologie/james/2018/Raport_JAMES_2022_fr.pdf

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