“Imane Khelif es un hombre. Es un tramposo”, “Brigitte Macron en realidad se llama Jean Michel Trogneux”, “La verdad detrás de las cirugías trans de Madonna”… Aquí algunos ejemplos de mensajes que podemos ver en las redes sociales. Tienen una cosa en común: se dirigen a mujeres famosas con comentarios transfóbicos. Según quienes los escriben, estas personas no son mujeres reales sino hombres, y la verdad se está ocultando al mundo entero. Como resultado, estos autores lanzan investigaciones en Internet, investigaciones que tienen un nombre: investigaciones trans. Su objetivo: demostrar por todos los medios que estas personalidades son transgénero o transexuales.
Y quien más está sufriendo actualmente estos ataques es la boxeadora argelina Imane Khelif. Desde su medalla de oro en los Juegos Olímpicos en la categoría de menos de 66 kg, la boxeadora ha sido víctima de un auténtico ciberacoso por su género. El motivo de todo esto es que fue excluida del Campeonato Mundial de Boxeo en marzo de 2023 porque, según la Federación Internacional de Boxeo, no pasó una prueba destinada a establecer su género. Prueba de la que nadie sabe nada. Desde entonces, el Comité Olímpico Internacional ha excluido a la Federación Internacional de Boxeo del mundo olímpico porque está acusada de corrupción y de estar a merced del Kremlin. El COI también ha defendido en varias ocasiones a Imane Khelif.
Los acosadores analizan fotos de la boxeadora, su voz, su cuerpo, sus partes íntimas… Todo vale. Si seguimos su cliché transfóbico, porque ella es muy alta, muy musculosa y casi sin pecho, entonces él es un hombre. Pero el argumento supremo de estos acosadores es el alto nivel de testosterona de Imane Khelif. Les recuerdo que según los expertos médicos, esto no significa que sea un hombre, es un trastorno hormonal biológico que existe y que se acentúa con la práctica del deporte. Ella no es la única deportista que se encuentra en esta situación.
Y, sin embargo, Imane Khelif lleva meses siendo perseguida por este tema. Y no se detiene. Desde hace una semana, los internautas comparten un informe médico no autenticado que afirma que Image Khelif es portador de cromosomas XY masculinos, lo que demuestra que efectivamente es un hombre.
Y detrás de esta implacabilidad hacia el deportista, hay comunidades principalmente conservadoras y transfóbicas, muy activas en las redes.
Y tienen testaferros muy poderosos. Imane Khelif fue atacada por Elon Musk, JK Rowling, Giorgia Meloni e incluso Donald Trump. En otras palabras, el jefe multimillonario propietario de Eso es mucho. Su influencia va más allá de su número de seguidores. Por tanto, Imane Khelif presentó una denuncia por ciberacoso agravado, citando, entre otros, los nombres que acabo de indicarles. Según se informa, también está preparando medidas en respuesta a este famoso expediente médico no autenticado difundido por los medios conservadores.
Esto es sintomático de una transfobia latente que va más allá de las redes sociales, aunque es allí donde se expresa principalmente. Las víctimas son numerosas, cité a Brigitte Macron y Madonna al inicio de la columna pero podría agregar a Michelle Obama, Taylor Swift, Jennifer Aniston, Zendaya o Serena Williams. Es la misma técnica cada vez. Todo comienza con una foto o video que se vuelve viral, donde el cuerpo de la celebridad es escudriñado y juzgado. Por ejemplo, hay una foto de Taylor Swift con el llamado bulto en la vagina, fotos de Brigitte Macron en traje de baño que tendría un cuerpo masculino o incluso los abdominales de Jennifer Aniston que serían los de un hombre. Y luego estas fotos se comparten en grupos privados en Reddit o Facebook. Y luego todos los comparten con las llamadas nuevas pistas.
De hecho, estas investigaciones trans se configuran como verdaderas teorías de conspiración. Teorías que contribuyen principalmente al body shaming sexista del que son víctimas a diario las mujeres en las redes, en particular las celebridades. Según GLAAD, la asociación LGBTQIA+ estadounidense, estas odiosas teorías transfóbicas aparecieron en 2017 y han experimentado un resurgimiento en las redes desde el año pasado. La razón: las personas trans están cada vez más representadas, en los medios, en la cultura, también en la política… Y eso. no agrada a los conservadores que lo ven como propaganda pro LGBTQIA+. Algunos incluso hablan de “transmanía”. La oportunidad de recordar que las prácticas, comportamientos o comentarios repetidos destinados a modificar o reprimir la orientación sexual o la identidad de género se castigan con dos años de prisión y 30.000 euros de multa. Así que si eres víctima ¡presenta una denuncia!