“Se trata, entre otras cosas, de una convocatoria de proyectos creada por la dirección de la universidad, el colectivo docente y la asociación de padres para ayudar a un grupo de estudiantes a descubrir diversos horizontes… continúa el director del colegio Raymond-Queneau de Tessy-Bocage (La Mancha). Una colaboración con el consejo departamental que permite financiar la obra del grafitero Blesea por un importe de 2.100 euros. El fresco al que contribuyeron es un escrito artístico y poético. Les permite dejar un rastro de su paso por la universidad. Un gancho sensible que puede apelar a otros a lo largo de toda la vida…”
Grafitero conocido por la calidad de sus obras expuestas especialmente en Cotentin, Blesea continúa expandiendo su arte dentro de los límites del colegio Raymond-Queneau. Un fresco de 11 m por 3 m, que se extiende majestuosamente en la pared de la clase de música, en el patio de recreo, que no puede dejar indiferente a nadie y atrae la mirada asombrada de los alumnos.
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Nadia Ischan, profesora de ciencias físicas y Charlotte Rocton, trabajadora social, supervisaron el proyecto que deleitó al grupo de catorce alumnos de clases de 5mi4mi y 3mi. “Cuando regresaron de las vacaciones de Todos los Santos, se encontraron varias veces. Por iniciativa propia, eligieron como tema la naturaleza y la biodiversidad, acompañados por Blesea en la redacción del proyecto. »
“Estoy orgulloso de decorar la universidad”
Durante 10 horas de investigación y estudio, con cada uno de los dos grupos de siete estudiantes, el grafitero dirige los talleres y lidera el desarrollo del concepto del modelo que han elegido. Una vez colgado el “graffiti briefing” en la pared de la clase de música, tras la aclaración de algunos detalles importantes corregidos por el “maestro grafitero”, el colectivo de artistas pasó a crear la obra.
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Ante la espectacular escala del proyecto y la brillantez de su logro, algunos de estos jóvenes artistas en ciernes expresaron su agradecimiento. Para Ahou-Jaden, “es un gran proyecto aunque nos lleve tiempo, es fascinante, la pintura podría convertirse en mi profesión”. “Me gusta este proyecto, estoy orgulloso de decorar la escuela”, Elías avanza. Para Inaya, “Es un cambio de la rutina de clases, estaría orgulloso de mostrarle a mi hermana lo que hubiera logrado”. En cuanto a Léandro, se dice “Orgulloso de darle una buena imagen al colegio, de hacerlo más lindo, este proyecto me da ganas de hacerlo más adelante”.
Para subrayar la historia de la creación, Blesea completó su trabajo mencionando los nombres de los catorce estudiantes que participaron.