“Un regalo de Dios”. Así caracterizó el anfitrión de la conferencia anual de la ONU sobre el clima, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, al petróleo y al gas, de los cuales el país es un importante productor. El líder defendió el derecho de los países a explotar su petróleo el martes en la inauguración de una cumbre de líderes mundiales marcada por la ausencia de las mayores potencias.
Los líderes de los países de África y del Pacífico, bien representados en la COP29, abogaron el martes por un acuerdo financiero histórico sobre la ayuda de los países ricos, pero la mayoría de los jefes de Estado del G20 están ausentes, al inicio de una de las crisis climáticas más difíciles. negociaciones desde el acuerdo de París en 2015.
“Regalo de Dios”
Por segundo año consecutivo, la conferencia de la ONU se celebra en un importante país productor de petróleo y gas. La COP cambia de región cada año, y el antiguo bloque soviético designó a Azerbaiyán el año pasado. Su presidente, Ilham Aliev, adoptó el martes la expresión “regalo de Dios” para designar los hidrocarburos que han enriquecido al país. Recordó que la propia Unión Europea le había pedido que suministrara más gas, tras la crisis energética de 2022.
“Cualquier recurso natural, petróleo, gas, viento, energía solar, oro, plata, cobre: son recursos naturales y no se debe culpar a los países por tenerlos y suministrarlos a los mercados, porque los mercados los necesitan”, afirmó Ilham Aliyev. Los “medios de noticias falsas” de Estados Unidos, “principal productor mundial” de combustibles fósiles, “serían mejor que se miraran en el espejo”.
Nueva ayuda para los países en desarrollo
El principal enfrentamiento de esta COP: negociar una nueva cifra de ayuda financiera anual a los países en desarrollo, para ayudarles a invertir en energías renovables y fortalecer las economías de cara a futuras sequías e inundaciones.
El G20 rechaza el 77% de los gases de efecto invernadero de la humanidad, según la ONU. Hoy en día, sólo el 10% del financiamiento climático se destina a los países más pobres del mundo. Los países en desarrollo no pueden irse “con las manos vacías”, dijo el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres. Estos países exigen un aumento de diez veces o más de la ayuda, que actualmente ronda los 116.000 millones de dólares al año (en 2022). Cantidades consideradas poco realistas por los occidentales más proclives a reducir su gasto público tras los déficits y la inflación post-Covid.
Negociaciones difíciles
Las negociaciones empiezan mal. El martes, un primer borrador de acuerdo fue rechazado rotundamente por los negociadores del país del sur en una reunión a puertas cerradas. “No podemos aceptarlo”, dijo a la AFP la negociadora ugandesa Adonia Ayebare, que preside el grupo G77 + China, que representa a más de 130 países.
Alrededor de 75 líderes viajaron a Azerbaiyán, en una COP que atrajo a menos presidentes y monarcas que el año pasado en Dubai. No acudieron Emmanuel Macron, Olaf Scholz, Lula, Joe Biden ni Narendra Modi.