“Un problema global también requiere una asociación global y una cooperación internacional responsable”declaró el jefe del Gobierno británico, Keir Starmer, uno de los pocos líderes del G20 presentes en esta cumbre sobre el clima en Azerbaiyán. Por ello anunció que el Reino Unido tenía previsto reducir “al menos el 81%” sus emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con 1990 para 2035.
Este nuevo objetivo es el eje central del nuevo “contribución determinada a nivel nacional” (NDC) que el Reino Unido, como todos los demás países firmantes del acuerdo climático de París de 2015, debe presentar a la ONU a más tardar en febrero próximo.
Mostrando “liderazgo del Reino Unido”
Preguntado sobre la amenaza que supone la elección de Donald Trump para una posible retirada de Estados Unidos de este acuerdo, que pretende limitar el calentamiento global a menos de 2°C, Keir Starmer respondió que no contaba “no decirle a los demás cómo comportarse”. “Todo el mundo sabe que hay una transición energética”argumentó, añadiendo que quería “Seguir mostrando liderazgo en el Reino Unido” en este asunto.
La nueva ambición del Reino Unido está en línea con la recomendación hecha el mes pasado por la Comisión de Cambio Climático (CCC), encargada de asesorar al gobierno sobre su política climática. En su anterior contribución (NDC), el Reino Unido se comprometió a reducir sus emisiones un 68% para 2030 respecto a 1990, y a alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.
Él es “Actualmente con casi un 50% de reducción de emisiones”pero el país no “no en el camino correcto” para alcanzar el objetivo 2030, declaró en octubre a la AFP la climatóloga Corinne Le Quéré, miembro del CCC y ex presidenta del Alto Consejo para el Clima.
No más centrales eléctricas de carbón
La ONG Greenpeace celebró este martes un nuevo objetivo “relativamente ambicioso” y la decisión de Keir Starmer “para seguir adelante” tras los reveses del anterior gobierno conservador. “Pero los objetivos deben estar respaldados por acciones audaces”advirtió.
Desde que llegó al poder en julio pasado, el gobierno laborista ya ha tomado varias medidas, como poner fin a la congelación del desarrollo de la energía eólica terrestre y lanzar nuevos proyectos eólicos y solares marinos. El Reino Unido también cerró en septiembre su última central eléctrica de carbón.