Estados Unidos siempre ha tenido intereses en África; estas nuevas elecciones también se están desarrollando en este continente.
Durante su primer mandato, Donald Trump mostró un gran desprecio por los súbditos africanos, llegando incluso a suscitar indignación al hablar de “países de mierda”. ¿Qué pasará y cuál será la posición de los demás competidores presentes en África?
Relaciones económicas
Estas relaciones Estados Unidos/África se rigen por un acuerdo firmado en el año 2000, la AGOA (African Growth Opportunity Act), que permite a los países africanos exportar muchos productos a Estados Unidos sin derechos de aduana. Deben respetarse condiciones como el pluralismo político, el respeto de los derechos humanos y la lucha contra la corrupción.
Sudáfrica, el mayor exportador no petrolero a Estados Unidos, ya se está preparando para el aumento de aranceles prometido por Trump. Por lo tanto, la AGOA podría verse amenazada, de modo que el comercio se concentraría en determinados países cuidadosamente seleccionados.
¿Qué será de los grandes proyectos de infraestructura?como el ambicioso “corredor Lobito”, un proyecto ferroviario destinado a unir África Central con Angola (y competir con China) para facilitar la exportación de minerales de cobre y cobalto.
Estados Unidos es entonces un importante proveedor de ayuda a África, con 4 mil millones de dólares previstos para 2024. Durante su primer mandato, D. Trump propuso reducir la ayuda exterior, fiel a su principio aislacionista “Estados Unidos primero”, pero encontró resistencia por parte del Congreso.
En el frente climático, recordamos, durante el primer mandato de Trump, la retirada estadounidense del acuerdo de París destinado a frenar el calentamiento global, que Trump califica de “estafa”. Por tanto, su regreso suscita una profunda aprensión africana.
En el nivel de seguridad
Si bien las fuerzas estadounidenses han desempeñado durante mucho tiempo un papel en África en la lucha contra el yihadismo, Trump ordenó la retirada de Somalia. Desde entonces, el ejército estadounidense también se ha retirado de Níger, pero se dice que se están manteniendo conversaciones con otros socios para recalibrar la ayuda estadounidense. Dado que Trump es muy crítico con los miles de millones de dólares gastados en Ucrania, podría redirigir estos fondos al continente.
África es para Trump sólo un campo de batalla contra los gigantes ruso y chino: la única referencia a África en el plan de campaña de Trump es el reconocimiento de Somalilandia. Si muchos líderes africanos lo felicitaron por esta segunda elección, no se dejan engañar, como el presidente keniano Raila Odinga, que aseguró que el continente tenía “otros amigos si Trump no quiere trabajar con África”.
Entre estos amigos, Rusia recibió en Sochi a altos funcionarios africanos los días 10 y 11 de noviembre. Si algunos, como Mali, todavía afirman que Rusia no es una potencia colonial, cada vez hay más escépticos. Con 5.000 millones de dólares en armas entregadas en 2024 y un creciente interés en las materias primas (bauxita, petróleo, diamantes), África parece más un interés cíclico para Rusia –vinculado a su enfrentamiento con Occidente– que una verdadera alianza a largo plazo.
Guillaume P.
Actuailes n°182 – 13 de noviembre de 2024