No sólo California y el suroeste de Estados Unidos se ven afectados por los incendios. De hecho, un gran incendio forestal, conocido como Jennings Creek Fire, está asolando el noreste del país y afectando a Nueva Jersey y Nueva York. El incendio, avivado por condiciones excepcionalmente secas y fuertes vientos, ya ha consumido más de 3.000 acres (1.214 hectáreas), informan varios medios estadounidenses, entre ellos USA Today y la filial local ABC News.
Los equipos del servicio forestal de ambos estados se unieron para combatir el incendio, a pesar de la escasez de personal, y la mayoría de los bomberos eran voluntarios. El incendio provocó la muerte de Dariel Vásquez, un empleado de parques del estado de Nueva York de 18 años. Murió al caer un árbol mientras ayudaba a los equipos de rescate.
Aún no hay evacuación de la población.
Varias viviendas e infraestructuras están amenazadas, aunque todavía no se han ordenado evacuaciones. Las llamas también interrumpieron muchos eventos planeados para el Día de los Veteranos, mientras que el humo se propagaba, reduciendo la calidad del aire en lugares tan lejanos como Filadelfia. El olor a humo fue especialmente fuerte en Nueva York, donde se produjo otro incendio en Prospect Park, Brooklyn.
Las autoridades dicen que apagar el incendio sigue siendo difícil debido a las condiciones extremas. “El fuego arde no sólo en la superficie, sino también bajo tierra, lo que hace que los esfuerzos sean extremadamente laboriosos”, dijo Bill Donnelly, jefe del Servicio Forestal de Nueva Jersey. Este incendio es parte de una serie de incendios forestales ocurridos en el noreste de Estados Unidos este otoño, marcados por temperaturas inusualmente altas y una sequía persistente.
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