El cielo gris pareció añadir riqueza a las notas de las gaitas que resonaban en el histórico barrio de Riverbend. Funcionarios electos regionales, veteranos, representantes de los servicios de seguridad pública, familiares de veteranos y miembros actuales de las Fuerzas Armadas canadienses se agolparon bajo la lluvia cerca del monumento conmemorativo.
Una decena de ellos depositaron coronas de flores al pie del cenotafio, destacando la dedicación de los soldados fallecidos o heridos en combate. El presidente de la Legión 276, Mario Fortin, aprovechó la oportunidad para recordar todo el valor de este sacrificio realizado en nombre de la paz.
“Incluso hoy, quienes sirven a nuestro país saben el precio que deben pagar por esta paz y están dispuestos a sufrir las consecuencias si su deber así lo requiere. A través de los diversos conflictos que estallan en el espacio de nuestro planeta, debemos cuestionar esta paz que ya se ha logrado, pero ¿por cuánto tiempo más? Un día u otro tendremos que invertir en mantener esta paz. ¿Tendremos el coraje de afrontar este desafío?”, preguntó el señor Fortin.
En Saguenay, el compromiso de los veteranos fue reconocido con el paso de tres aviones del Ala 3/CFB Bagotville. Dos CF-18 volaron a baja altura sobre la Plaza del Ciudadano durante la ceremonia, mientras que un CH-146 Griffon hizo lo mismo en Arvida.
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