Distribuidas el pasado mes de julio, la ciudad de 760 viviendas AADL carece de varios servicios. “Llevamos tres meses esperando que nos instalen el medidor de gas. Nos las arreglamos con las bombonas de gas, pero no debe seguir así durante la temporada de invierno. El frío ya está aquí y no sé qué hacer para calentar la habitación de mis hijos”, se queja Aymen (42).
Este padre no es el único que utiliza gas butano para las necesidades domésticas. Su vecino supone que Sonelgaz no dispone de contadores suficientes y señala que los trámites de adquisición a veces tardan mucho. La semana pasada, la compañía informó que 7.264 viviendas estaban conectadas a la red de gas y otras 6.550 a la electricidad.
Los vecinos de la ciudad exigen también la puesta en funcionamiento de ascensores y la instalación de antenas parabólicas colectivas, precisando que la empresa (Gestimo) encargada de la vigilancia y gestión de las zonas comunes cobra por servicios que nunca presta. “Incluso la seguridad es un problema, porque la ciudad no está vallada.
La semana pasada hubo un intento de robo de coche. Esto nos obligó a organizarnos para que esto no vuelva a suceder”, afirma Aymen. Y agregó: “Los vecinos de los pisos superiores están sufriendo enormemente. ¿Por qué construimos ascensores si no los ponemos en servicio?
Otro residente cree que estas deficiencias han disuadido a muchos residentes de mudarse a sus nuevos hogares. “La ciudad fue entregada antes de tiempo y decenas de beneficiarios todavía luchan por obtener las llaves, pero pocos vendrán a instalarse allí ahora. Seguramente la gente esperará hasta las vacaciones de verano para no perturbar la escolarización de sus hijos”, supone.