En 2024, Bélgica no se librará de fenómenos meteorológicos extremos. Los belgas sufrieron un mal tiempo severo, tormentas violentas y un calor extremo.
En este contexto, el 94% de las personas encuestadas en el país reconoce la necesidad de adaptarse al cambio climático y el 51% de ellos considera la adaptación como una prioridad para los próximos años.
Los belgas también ven la adaptación al cambio climático como una oportunidad que hay que aprovechar a nivel económico y como una inversión a largo plazo para el país, señala el estudio.
De hecho, el 85% dice que invertir en adaptación al cambio climático puede crear empleos y estimular la economía local. Además, el 81% cree que la adaptación requiere inversiones inmediatas para evitar costes aún mayores en el futuro.
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Y la experiencia personal de los encuestados refuerza su sentimiento de que se deben tomar medidas sin demora, lo que respalda aún más la encuesta. Nada menos que el 72% de ellos ha experimentado al menos un fenómeno meteorológico extremo en los últimos cinco años, ocho puntos porcentuales menos que la media europea. Además, el 60% afirmó haber sufrido al menos una consecuencia directa, ocho puntos más que la media de la Unión Europea (UE).
Medidas concretas
Para adaptarse, los belgas han adoptado medidas concretas. Según los resultados, el 45% cree que hay que mejorar las infraestructuras, el 37% que hay que enfriar las ciudades y el 35% cree que hay que plantar vegetación más resistente al cambio climático.
Poco más de un tercio (35%) dice que los costos de estas medidas deberían ser asumidos por las empresas e industrias que más contribuyen al cambio climático. Una cuarta parte (26%) piensa que todo el mundo debería meter la mano en la cartera por igual y el 19% dice que sólo las personas más ricas deberían hacerlo.
Por último, en cuanto a los beneficiarios de la ayuda a la adaptación, el 25% de las partes interesadas opina que las personas mayores deberían beneficiarse de ella de forma prioritaria, el 40% cree que todos deberían beneficiarse de ella de la misma manera. Le siguen las personas que viven en zonas de alto riesgo (21%).
La investigación se llevó a cabo el pasado mes de agosto. En total, se encuestó a 24.000 personas en la UE y Estados Unidos, entre ellas 1.008 belgas.
