A La era digital, donde los límites entre la vida personal y profesional son cada vez más difusos, plantea un desafío a la sociedad moderna, el del “derecho a desconectar”.
El “derecho a desconectarse” es un concepto relativamente reciente; en Francia está consagrado por ley desde 2017, con el objetivo principal de permitir a los empleados apagar sus herramientas digitales fuera del horario laboral, sin temor a repercusiones profesionales.
Pero ¿por qué es fundamental este derecho? La razón principal radica en el desarrollo exponencial de herramientas de comunicación instantánea, como el correo electrónico y las plataformas de mensajería, que poco a poco han ido desdibujando los límites temporales entre la vida personal y profesional. En un mundo ideal, estas herramientas promueven la flexibilidad y la autonomía, pero en la práctica a menudo crean una “sobrecarga cognitiva”, con un flujo constante de notificaciones y requisitos. Los estudios muestran que esta sobreconexión puede provocar agotamiento, un fenómeno agravado por la pandemia de Covid-19, donde el teletrabajo se ha convertido en una norma para millones de trabajadores. Privados del entorno de oficina, los empleados a menudo se sienten presionados a permanecer conectados todo el tiempo para demostrar su compromiso. Este fenómeno, llamado “presenteísmo digital”, alimenta el estrés y la ansiedad que han demostrado las investigaciones de la OMS y otros institutos.
Puede parecer contradictorio animar a los empleados a desconectarse más para mejorar la productividad, pero varios estudios revelan que las empresas que respetan las ventanas de desconexión aumentan el rendimiento. Cuando los empleados tienen la oportunidad de recargar pilas y alejarse de las pantallas, vuelven al trabajo con mayor creatividad y concentración.
En Francia, Orange fue una de las primeras empresas en adoptar medidas concretas para respetar el derecho a la desconexión. Ya en 2014, mucho antes de que se promulgara la ley, Orange estableció una “Carta de Desconexión”, comprometiéndose a no enviar correos electrónicos profesionales fuera del horario laboral. Esta política se ha reforzado mediante el uso de herramientas que permiten programar el envío de correos electrónicos para que solo se reciban durante el horario de oficina, incluso si se escriben fuera de este horario.
Lamentablemente, hasta la fecha Túnez no ha legislado específicamente el derecho a la desconexión, y la legislación actual no prevé disposiciones específicas en materia de desconexión de los empleados fuera del horario laboral.
Sin embargo, a falta de un marco legal en Túnez, se recomienda a las empresas que establezcan políticas internas para regular el uso de herramientas digitales fuera del horario laboral, con el fin de preservar el equilibrio entre la vida profesional y personal de los empleados… y, en última instancia, ganar. productividad.