Se procesa a tres presuntos autores del incendio ocurrido en la iglesia y en los edificios parroquiales de Saint Louis, en Mont-Dore. Se enfrentan a una pena de 10 años de prisión. La investigación continúa, para “detener a los coautores o cómplices”.
La fiscalía abrió una investigación judicial este viernes 8 de noviembre de 2024 por daños por incendio a la iglesia y edificios religiosos de San Luis. Así lo indicó el fiscal, Yves Dupas, este domingo 10 de noviembre.
Los hechos tuvieron lugar entre el 10 y el 16 de julio de 2024 en Mont-Dore. La investigación, llevada a cabo por la sección de investigación de Numea, tuvo como resultado la acusación de tres hombres, originarios de la tribu de Saint Louis, “y ya encarcelado por otros actos de naturaleza criminal, a saber, intento de asesinato de agentes de policía y robos de vehículos”, especifica el fiscal.
Según Yves Dupas, desde el 2 de julio de 2024, Rock Wamytan conocido como “Banana”, “así como varios asociados, decidieron ocupar el priorato, después de haber expulsado a los guardias del presbiterio, llegando incluso a vestir sotanas en el recinto”.
El 7 de julio, Rock Wamytan dice “Banana” “atacó a las dos monjas, así como a miembros de la parroquia, amenazándolas y ordenándoles que abandonaran el local”. Fueron los gendarmes del GIGN quienes llevaron a cabo la exfiltración de las monjas”,en un contexto de graves amenazas a su integridad física”, explica el fiscal.
El primer edificio, la casa de acogida donde vivían las monjas, fue incendiada el 10 de julio “.pocas horas después de la muerte de Rock Wamytan, conocido como “Banana”, por un disparo de respuesta durante un enfrentamiento armado con los gendarmes. Uno de los acusados admitió haber prendido fuego a varios colchones de esta casa de acogida, para “limpiar” y así hacer desaparecer los rastros de sangre de su amigo Banana. Un testigo que precisó que, según el fiscal, “por costumbre, “ya no se debe ver sangre, porque los malos espíritus podrían venir y absorberla y así provocar otras muertes”.”.
Otros locales fueron quemados en la tribu, esta vez los días 12 y 13 de julio, así como la iglesia el 16 de julio. Los otros dos imputados negaron haber participado en el inicio del incendio”,pero una de ellas admitió que efectivamente estaba presente en el lugar en el momento de los hechos.”.
Las tres personas fueron acusadas de daños intencionales a la propiedad mediante incendio. Se enfrentan a una pena de 10 años de prisión. “Los tres presuntos autores fueron devueltos al centro de detención preventiva, en virtud de la orden de ingreso penal ya dictada en su contra, en otro procedimiento penal”. El fiscal Yves Dupas indica que la investigación continúa: “bajo la autoridad del juez de instrucción, a fin de identificar y detener a los coautores y cómplices”.