“Ningún país está acometiendo una transformación hacia una economía baja en energía”

Descifrado Mientras se abren las negociaciones sobre el clima en Bakú, Azerbaiyán, las empresas de petróleo y gas están a la ofensiva. Sin embargo, cualquier nuevo proyecto de perforación debería detenerse inmediatamente para esperar limitar el calentamiento global.

En 1873, cuando llegó a Bakú, en las fronteras del Imperio ruso, Robert Nobel tenía 25.000 rublos en el bolsillo y algunas cuentas por saldar. Heredero de una familia de industriales suecos, hasta ahora ha permanecido a la sombra de sus hermanos, entre ellos el del célebre Alfred Nobel, químico e inventor de la dinamita. Se le confió la suma para comprar madera, pero frente a este llamado terreno “de fuego”que está lleno de gigantescas reservas de petróleo, decide invertir en una refinería. Se lanza la explotación del oro negro. Fácil de transportar, almacenar y utilizar, el petróleo se ha convertido en el elemento vital de nuestras economías: alimenta todos los órganos vitales de nuestras sociedades, desde el transporte hasta la agricultura. También lo es la piel: es esencial para la fabricación del plástico, con el que se fabrican nuestros envases y prendas de vestir. Con una enorme pega: las emisiones de gases de efecto invernadero que genera su combustión.

Un siglo y medio después de las aventuras de Robert Nobel, mientras las temperaturas globales siguen aumentando: la ONU advirtió a finales de octubre del riesgo de calentamiento global “catastrófico” de 3,1°C – es en Bakú, cuna de la industria petrolera y capital de la rica dictadura de Azerbaiyán, donde se celebra la COP29. Por segundo año consecutivo, después de la COP28 en Dubai, las negociaciones climáticas de las Naciones Unidas, supuestamente…