Las relaciones entre Argelia y Rusia alcanzarán un nuevo hito en 2024, impulsadas por una dinámica de asociación que se extiende mucho más allá de los sectores tradicionales de cooperación. La visita oficial de Ahmed Attaf, ministro argelino de Asuntos Exteriores, a Sochi para participar en el Foro de Asociación África-Rusia, ilustra el deseo de los dos países de mantener un diálogo sostenido sobre cuestiones internacionales.
El sector energético se posiciona como un pilar central de esta colaboración reforzada. La cooperación entre Sonatrach y Gazprom se materializa a través de un ambicioso proyecto en la región de El Assel. La iniciativa prevé el desarrollo de los yacimientos de gas Rhourde Sayeh y Rhourde Sayed North, que incluyen 24 perforaciones y una unidad de procesamiento dedicada a la producción de gas seco, condensados y GLP. Estas instalaciones, cuya puesta en funcionamiento está prevista para 2025, ayudarán a consolidar el estatus de Argelia como actor importante en el suministro energético mundial.
La firma de una Declaración de Asociación Estratégica Profunda entre los Presidentes Abdelmadjid Tebboune y Vladimir Putin en Moscú marca la entrada a una nueva fase de cooperación. El comercio, que actualmente supera los 3.000 millones de dólares, refleja un potencial aún sin explotar que los dos países pretenden desarrollar a través de proyectos de inversión específicos.
La innovación tecnológica también ocupa un lugar destacado en esta asociación bilateral. Un acuerdo firmado entre el Ministerio argelino de Energía y Minas y Rosatom abre el camino a la colaboración en el ámbito nuclear civil. Este acercamiento técnico da como resultado una hoja de ruta 2024-2025 centrada en la aplicación de tecnologías nucleares en los sectores de la salud y la industria farmacéutica.
Las conversaciones entre Ahmed Attaf y Sergei Lavrov también permitieron abordar los desafíos de seguridad en Oriente Medio y la región del Sahel, subrayando la importancia estratégica de esta asociación. La nueva legislación argelina sobre inversiones, considerada favorable por Moscú, sugiere una ampliación de la cooperación hacia nuevos horizontes económicos.
Esta alianza, que ahora va más allá del marco tradicional de intercambios militares y energéticos, refleja la madurez de una asociación adaptada a las necesidades contemporáneas. Los múltiples acuerdos y memorandos de entendimiento firmados constituyen la base de una relación que se diversificará aún más, satisfaciendo las ambiciones de desarrollo de las dos naciones.
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