El número de víctimas sigue siendo provisional y podría aumentar aún más. Al menos 25 personas, entre ellas 14 militares, murieron este sábado por la mañana tras una explosión en un andén de la estación central de Quetta, capital de la provincia paquistaní de Baluchistán. Anteriormente, la policía había informado de 17 muertes, asegurando que esta cifra aún podría aumentar.
Este ataque fue reivindicado poco después por el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA), uno de los principales grupos separatistas de esta región donde son frecuentes los ataques armados y los bombardeos. En un comunicado, el BLA afirmó que una de sus brigadas atacó “una unidad del ejército paquistaní que regresaba a Punjab a través de la estación de ferrocarril después de un entrenamiento en la escuela de infantería”.
El grupo separatista, que regularmente se atribuye ataques mortales contra la policía y paquistaníes de otras provincias, ataca particularmente a los punjabíes, que constituyen el mayor de los seis principales grupos étnicos de Pakistán y se considera que dominan las filas del ejército. A finales de agosto reivindicó ataques coordinados de decenas de atacantes que dejaron al menos 39 muertos, uno de los peores balances en esta región.
La hipótesis de un atentado suicida
Tras este nuevo ataque, la policía paquistaní está investigando para determinar el método de operación. “Al principio nos pareció que se había colocado un explosivo escondido en un equipaje abandonado, pero ahora pensamos que se trataba de un ataque suicida”, dijo Mohammed Baloch, un oficial de policía local. El doctor Wasim Baig, portavoz del hospital regional Sandeman de Quetta, informa de la cifra de muertos 46 heridos.
En el andén de la estación, el enorme refugio de chapa que debía proteger a los viajeros del sol y de la lluvia fue destruido. Charcos de sangre y mochilas rotas atestiguan la violencia de la explosión en esta provincia, la más grande pero también la más pobre de Pakistán.
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