¿Es este el final de la investigación? Cinco años y medio después del terrible incendio que arrasó la catedral de Notre-Dame de París (4ª), en particular su aguja y su tejado, “los análisis de los elementos extraídos de los escombros han sido completados”, indicaron a nuestros colegas de a finales de octubre de Ouest-France la fiscalía de París.
“Nada dirige (la investigación) hacia un acto voluntario”, añade la fiscalía. Lo cierto es que la evolución de esta investigación, iniciada al día siguiente de la tragedia, es discreta. Y todavía quedan varias incógnitas a un mes de la reapertura del edificio gótico, de más de 850 años, el monumento más visitado de la capital.
El final de los análisis se suma a la realización de una “síntesis de los peritajes para precisar el momento del inicio de las llamas y la zona”. Su origen sería una viga horizontal denominada “arenero”, ubicada en la esquina sureste del cruce del crucero.
Todavía está en marcha un paso adicional, el “modelado 3D a partir de imágenes” capturadas en el sitio. Esto debería arrojar luz sobre cómo pudo haber progresado el incendio en el edificio. “Todavía quedan algunos meses de trabajo para crear esta herramienta virtual”, añade la fiscalía de París. Debería permitirnos comprender mejor lo que pudo haber sucedido. »
Porque si bien cada vez está más clara la zona donde comenzó el desastre, las hipótesis sobre su origen siguen siendo fuertes. Rápidamente, la pista de un acto accidental fue favorecida por los investigadores.
Ya en junio de 2019, al final de la investigación preliminar, el fiscal de París Rémy Heitz indicó que prefería el escenario de una colilla mal apagada o un fallo eléctrico. Nuevas evaluaciones encargadas a finales de 2023 llegaron a las mismas conclusiones. El rastro del acto criminal, aunque en este caso no se ha emitido ningún auto de procesamiento, parece cada vez más ilusorio.