Descifrado
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Al multiplicar las declaraciones y mentiras sobre la ayuda militar a la isla y sobre la industria de semiconductores, el presidente electo parece estar redefiniendo el marco de relaciones entre Taipei y Washington para presionar tanto a taiwaneses como a chinos.
EL “Felicitaciones cordiales” Las recomendaciones de uso fueron rápidamente dirigidas por el presidente taiwanés a Donald Trump. Poco después de la victoria del republicano en la Casa Blanca, William Lai dijo estar convencido de que la “La asociación de larga data de Taiwán con Estados Unidos, basada en valores e intereses compartidos, seguirá sirviendo como piedra angular para la estabilidad regional y conducirá a una mayor prosperidad para todos nosotros”. Un simple recordatorio que, sin embargo, tiene el valor de un deseo, incluso un deseo ardiente, de que nada descarrilará las relaciones entre Taipei y Washington.
Pero el regreso del autoritario alborotador Trump a la cabeza de Estados Unidos trae consigo su cuota de incertidumbres y preocupaciones sobre el futuro del archipiélago, en un contexto de crecientes amenazas del régimen de Xi Jinping contra la democracia taiwanesa. Y esto incluso si el multimillonario se ganó el favor de Taiwán durante su primer mandato hablando por teléfono con la presidenta Tsai Ing-wen –una violación del protocolo oficial–, facilitando la venta de armas y enviando a Taipei a miembros de su gobierno.
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