Un derbi que salió mal. El domingo 3 de noviembre, los equipos de rugby femenino Parisis RC y RC Domontois se enfrentan en un partido de alta tensión, ganado por Parisis (19-14). El partido es chocante, violento. Después de la reunión, las cosas se deterioraron aún más con un intercambio de amargos comunicados de prensa.
El RC Domontois publicó por primera vez en sus redes sociales un texto en el que acusaba a sus seguidores de “comentarios racistas y misóginos” pronunciados contra sus jugadores en el borde del campo del RC Parisis: “negro sucio”, “bambola”, “salvajes”, “zorra”, “ gran puta”… “Entendemos que nuestros jugadores hayan tenido dificultades para contener su ira y su frustración ante esta injusticia”, escribe el club de Val-d’Oise al tiempo que reivindica la “diversidad” de su equipo.
“Cuando las chicas jugaban en un determinado lado del campo, me dijeron que habían sido víctimas de comentarios racistas y misóginos”, explica a Parisien Julien Whyte, presidente del RC Domontois. Graves acusaciones formuladas contra “los aficionados, pero no necesariamente los del club parisino porque no sabemos quién está al borde del campo”. El presidente no escuchó los insultos pero dice que “les cree a los jugadores”.
“Vinieron con ganas de venganza”
Por su parte, Parisis RC “rebate estas acusaciones con la mayor firmeza”, destacando un club “compuesto por miembros de todos los orígenes y procedencias”. Boris Schneerson, secretario general y director del equipo femenino del Parisis RC, se dice “desarmado” y ofrece una versión completamente diferente de la historia. Según él, ni los jugadores, ni el personal ni los aficionados presentes escucharon palabras racistas o misóginas en el lateral del campo.
Para él, el verdadero problema es la violencia cometida por los jugadores de Domont durante el partido. Otro elemento que le plantea dudas es el momento: “El comunicado de prensa se publicó 48 horas después del partido, sigue siendo extraño”, se pregunta.
Cada uno de los clubes relata un partido disputado en un contexto tenso y violento. “El año pasado, la única derrota de la temporada de Domont fue contra nosotros, por lo que vinieron con ganas de revancha”, explica Boris Schneerson, secretario general del Parisis RC. El partido estuvo marcado por la violencia (patadas, insultos, bofetadas) testimoniada por ambos equipos.
“Algunas chicas están traumatizadas y no quieren jugar el partido de vuelta”
“Nunca había visto algo así en un partido femenino”, dijo Boris Schneerson. El árbitro también repartió una tarjeta roja a uno de los jugadores de Domont. Por su parte, el presidente del RC Domont afirma que “hubo golpes pero de ambos lados. No es lo habitual pero es rugby, la presión es parte del deporte. »
En el club Parisis, el trapo arde: “Nos echaron a pastar. Estamos viviendo una oleada de odio en nuestras redes sociales. Algunas de las chicas están traumatizadas y no quieren jugar el partido de vuelta. » Sin embargo, para el club Domont el objetivo no es incriminar a sus oponentes sino a las personas que han hecho comentarios racistas y misóginos. Advierte que “no se refirió a los seguidores de Parisis RC en el comunicado de prensa”.
Los dos clubes se apoderaron de la liga de rugby de Île-de-France, pero por motivos diferentes. Domont destaca los insultos misóginos y racistas, mientras que Parisis informa de violencia significativa durante el partido. “Para la liga, combatir los actos de violencia física y verbal es parte de la doctrina. Es tolerancia cero. Pero aquí soy cauteloso porque no tenemos a nadie identificable o identificado”, explica Thierry Alliesse, presidente de la liga de rugby de Île-de-France.