Ilustración: Getty, modificada por RE.
La Comisión Europea anunció el pasado 31 de octubre una importante caída de las emisiones netas de gases de efecto invernadero en la Unión Europea para el año 2023. Con una reducción del 8,3% respecto a 2022.
“Se trata del mayor descenso anual en décadas, a excepción de 2020, cuando el Covid-19 provocó una reducción del 9,8% de las emisiones”subraya Bruselas en un comunicado de prensa. La Comisión acogió con satisfacción este progreso, una reducción del 8,3% de las emisiones de gases de efecto invernadero, que atribuye en gran medida al desarrollo de las energías renovables.
Esta notable disminución de las emisiones es también una señal, según Bruselas, de una “Continuar el desacoplamiento de las emisiones y el crecimiento económico”. De hecho, desde 1990, las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE han caído un 37%, mientras que el PIB ha aumentado un 68% durante el mismo período, lo que demuestra que reducir el impacto ambiental no necesariamente desacelera el crecimiento económico. Mirar únicamente la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero es limitante, porque actualmente no hay ningún desacoplamiento entre el PIB y la biodiversidad, que está en fuerte caída.
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Transición energética y abandono del carbón
Una parte importante de esta reducción proviene de la producción de electricidad y calefacción, que registró una caída del 24% en sus emisiones en 2023. Esta reducción es el resultado de un uso cada vez mayor de energías renovables, como turbinas eólicas y paneles solares, así como una transición acelerada para abandonar el carbón, una fuente de energía fósil particularmente contaminante. Si bien es difícil cuantificar con precisión su participación, la caída de la demanda de electricidad, en parte debido a una desaceleración económica, también puede haber influido en la caída de las emisiones.
En 2023, las energías renovables representaron el 44,7% de la producción eléctrica en la UE, un aumento del 12,4% respecto al año anterior. Los combustibles fósiles, por el contrario, cayeron un 19,7% y ahora sólo representan el 32,5% de la producción eléctrica europea. Las centrales nucleares, por su parte, contribuyeron con el 22,8% (+1,2%). Sin embargo, el mix eléctrico sigue siendo heterogéneo según los Estados miembros.
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Las emisiones de la aviación van en aumento
A pesar de este progreso, algunos sectores están luchando por reducir sus emisiones. Este es particularmente el caso de la aviación, donde las emisiones aumentaron un 9,5% en 2023. Este aumento puede explicarse por una recuperación post-Covid, en la que los viajes aéreos recuperaron su popularidad en Europa. Por tanto, el sector de la aviación sigue siendo un gran desafío para la Unión Europea.
Si bien Europa destaca por sus avances en la reducción de emisiones –que históricamente ha contribuido al calentamiento global–, el resto del mundo muestra una tendencia mucho menos alentadora. Las Naciones Unidas anunciaron el 28 de octubre que los compromisos actuales de la comunidad internacional solo conducirían a una reducción del 2,6% de las emisiones globales para 2030 en comparación con 2019. Sin embargo, para esperar limitar el calentamiento a 1,5°C, esta reducción debería alcanzar el 43%. . Estas cifras exigen intensificar urgentemente los esfuerzos globales a medida que aumentan los fenómenos meteorológicos extremos en todo el planeta.
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