Rusia instó el miércoles a Occidente a sentarse a la mesa de negociaciones bajo pena de “destrucción de la población ucraniana”, pocas horas después de un nuevo ataque “masivo” con drones contra Kiev.
Más de dos años y medio después del inicio de su invasión de Ucrania, Moscú se encuentra en una posición de fuerza en el frente oriental, donde su ejército avanza cada vez más rápido contra tropas ucranianas cada vez menos y peor equipadas.
La elección de Donald Trump a la presidencia estadounidense también hace que Ucrania y los europeos teman una retirada estadounidense en los próximos meses.
Por último, en los últimos días, las fuerzas del Kremlin también han recibido, según Kiev y Occidente, como refuerzos al menos 10.000 soldados norcoreanos que pronto deberían unirse al campo de batalla en Rusia.
Es en este difícil contexto que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, viajará a Budapest el jueves para reunirse con altos líderes europeos.
Al mismo tiempo, Rusia continúa con sus bombardeos diarios sobre Ucrania, en un aparente deseo de quebrar la moral de la población. En las últimas semanas ha intensificado sus ataques contra ciudades ucranianas, en particular Kiev.
La capital fue blanco de ataques con drones seis de los siete días de la primera semana de noviembre y 20 días de octubre, según la administración militar.
Durante la noche del miércoles al jueves, la defensa aérea destruyó “más de treinta” de estos aviones sobre la ciudad y sus suburbios, informó la administración en Telegram.
La alerta aérea comenzó poco después de medianoche y duró ocho horas, según periodistas de la AFP presentes en el lugar que escucharon drones sobrevolando el centro de la ciudad, así como fuego de las defensas aéreas que intentaban derribarlos.
Los fragmentos de drones cayeron en seis distritos de Kiev de un total de diez, causando dos heridos leves, según la administración militar.
El ataque provocó el incendio de un edificio residencial, una clínica privada, un centro de negocios, una gasolinera y viviendas, según informó el ayuntamiento.
Destrucción de la población
En esta situación tan delicada para Kiev, el jefe del Consejo de Seguridad ruso y ex ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, optó por un tono amenazante y marcial para empujar a Occidente a entablar negociaciones favorables a Moscú.
“La situación en el teatro de hostilidades no favorece al régimen de Kiev, Occidente tiene una opción: continuar financiando (a Ucrania) y destruyendo a la población ucraniana o admitir las realidades existentes y comenzar a negociar”, dijo durante una reunión.
Shoigu también acusó nuevamente a Occidente de utilizar a Ucrania para intentar derrotar a Rusia, y Moscú siguió rechazando el término invasión y reprimiendo cualquier voz que dijera lo contrario.
La cuestión de la sostenibilidad del apoyo occidental a Ucrania es tanto más acuciante para Kiev cuanto que, durante su campaña electoral, Donald Trump continuó denunciando la magnitud de la ayuda a Kiev.
Con su regreso a la Casa Blanca, la pelota está en el tejado estadounidense, afirmó el jueves el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov.
“Veremos si hay alguna propuesta” de la nueva administración estadounidense, afirmó.
El presidente ruso, Vladimir Putin, lanzó su ataque contra Ucrania en febrero de 2022 y luego reclamó la anexión de regiones enteras del país. Kyiv pudo resistir gracias a la ayuda militar occidental.
Pero, durante el año pasado, ante el aumento de las fuerzas rusas y la creciente dilación occidental, el ejército ucraniano ha estado en retirada y las pérdidas territoriales se han acelerado este otoño.
El ejército ruso reclamó el jueves la captura de una nueva aldea, Kreminna Balka, en la región oriental de Donetsk, cuya conquista es la prioridad del Kremlin.
Moscú exige que Ucrania deponga las armas, ceda cinco regiones, renuncie a su alianza con Occidente y a su ambición de unirse a la OTAN. Condiciones inaceptables para Kyiv.
Los estadounidenses y los europeos aseguran a Ucrania su apoyo inquebrantable, pero se niegan a autorizarla a atacar profundamente el territorio ruso con las armas que les proporcionan y a derribar misiles rusos dirigidos a ciudades ucranianas, por temor a que esto conduzca a una escalada.
Volodymyr Zelensky criticó duramente a Occidente y señaló que Moscú lidera una continua escalada del conflicto, la última de las cuales fue el presunto despliegue de miles de soldados norcoreanos.
(afp)