El 45º presidente de los Estados Unidos será también el 47º. Donald Trump fue elegido este martes y estará nuevamente en la Oficina Oval, a partir de enero de 2025, tomando decisiones que influirán en el mundo entero.
¿Qué mundo nos espera bajo Donald Trump? El multimillonario se prepara para recuperar el control de la principal potencia mundial. En Occidente como en Oriente, la gente y sus líderes observan, esperan, especulan, dudan y, a veces, tienen esperanza. Donald Trump pronto volverá a controlar los hilos que financian guerras, protegen a las poblaciones y condenan a otros.
Visto desde Ucrania, durante toda la campaña, el presidente electo siguió criticando a la administración Biden. Destacó que la enorme ayuda en armas y dinero concedida a Kiev era, a su juicio, injustificada. Recordemos: sin el apoyo de Estados Unidos para contrarrestar la ofensiva de Moscú en Ucrania, el país nunca habría podido resistir al gigante ruso. Este apoyo puede haberle costado caro en las urnas a la candidata demócrata Kamala Harris.
En una América empobrecida, víctima de una inflación que la asfixia, es difícil oír que se envían miles de millones de dólares a 10.000 kilómetros de distancia. Donald Trump bien podría retirar este apoyo, al menos en parte. Éste es el mayor temor de Kiev. Y la esperanza de Moscú.
Para forzar un poco la suerte, el presidente ucraniano envió un mensaje entusiasta a Donald Trump. Volodymyr Zelensky está ansioso por felicitarlo personalmente y saluda una victoria “impresionante”. Por otra parte, Vladimir Putin no dijo una palabra. Pero su administración asegura que juzgará sobre las acciones. La puerta permanece abierta.
Donald Trump ha repetido a menudo que podría “imponer la paz en Ucrania en 24 horas”, sin especificar nunca cómo. De hecho, si recorta la ayuda a Kiev, el país podría caer rápidamente. Lo único que tendrá que hacer es negociar un acuerdo favorable a Rusia, intensificando así las relaciones entre Moscú y Washington.
Explíquenoslo por Amélie Rosique: ¿Trump reelegido, la diplomacia global sacudida? – 07/11
¿Qué actitud en Medio Oriente?
En Medio Oriente, desde los ataques terroristas del 7 de octubre de 2023 en Israel, Estados Unidos nunca ha dejado de apoyar militarmente al Estado judío en su respuesta contra Hamás. Pero las relaciones entre los dos países son muy tensas. El presidente Joe Biden critica abiertamente la política de Benjamin Netanyahu, demasiado belicosa para su gusto.
Entonces, para el Primer Ministro israelí, la victoria de Donald Trump es una bendición, un alivio. Gracias a él, Estados Unidos considera a Jerusalén como la capital oficial del Estado judío desde 2018. La soberanía de Israel sobre los Altos del Golán anexados sigue siendo suya. Las luces son verdes. Benjamín Netanyahu está tranquilo.
Los palestinos, mucho menos. En Gaza, algunos tienen un poco de esperanza. Recuerdan las repetidas declaraciones en los últimos meses de Donald Trump que dice que quiere el fin de la guerra. Pero en los territorios ocupados no se espera nada, o más bien lo peor.
Por último, si nos dirigimos al Líbano, un asesor cercano al presidente electo asegura que “cumplirá sus promesas a los libaneses”. Según se informa, Donald Trump ya está trabajando en un acuerdo de paz regional.
El clima, el gran perdedor de las elecciones
El tercer frente, y éste concierne a todo el planeta: el del clima. La esperanza es casi nula. Trump, el multimillonario escéptico del clima, quiere petróleo, más petróleo, más petróleo para extraer. Estados Unidos es el principal productor de oro negro del mundo. Limitar las emisiones de gases de efecto invernadero no entra en absoluto en sus planes. Una vez más, debería retirarse de los acuerdos de París. Firmados en 2015, tienen como objetivo limitar el aumento de la temperatura global a 2 grados.
Y es malo. El próximo martes se inaugura la 29ª conferencia mundial sobre el clima en Bakú, Azerbaiyán. Estados Unidos es el segundo país que más gases de efecto invernadero emite, después de China. Su curso de acción, y por tanto el de Donald Trump a partir de ahora, dicta fuertemente el de todos los demás. La COP29 corre grave riesgo de fracasar.
Amélie Rosique (editado por JA)