¡El capitalismo está muerto! ¡Viva el tecnofeudalismo!

¡El capitalismo está muerto! ¡Viva el tecnofeudalismo!
¡El capitalismo está muerto! ¡Viva el tecnofeudalismo!
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Acababa de publicar un libro titulado sobriamente “Tecnofeudalismo – crítica de la economía digital”.
Lo que inmediatamente me gustó fue, en primer lugar, el intento de calificar la economía en la era digital; teorizarla, me pareció atrevido y saludable. Y luego me gustó mucho el término acuñado por Cédric Durand: “tecnofeudalismo”, la antinomia entre “tecno” por un lado, que se refiere a la ultramodernidad, incluso al futuro, con sus multimillonarios con sudaderas con capucha y todo su -Sedes con ventanas y el “feudalismo”, por otro, que remite a la Europa de la Edad Media con sus castillos fortificados, sus señores, sus vasallos y sus siervos. Si soy completamente sincero, lo que me gustó de esta idea de tecnofeudalismo fue un poco de La tierra de los visitantes en Silicon Valley.

Pero Cédric Durand es un economista serio y su punto fue respaldado: mostró cómo estos dos términos “tecnología” y “feudalismo” no eran contradictorios, sino que iban muy bien juntos. Mostró cómo el sistema económico que se estaba implementando en torno a los gigantes digitales se parecía extrañamente al que había dominado en Europa hasta la Revolución Francesa, con mecanismos de alquiler, trabajo no remunerado, privatización de espacios públicos, etc.

Lamento no haberlo discutido con Cédric en ese momento. Pero su libro salió en 2020, todavía estábamos en la pandemia, probablemente estábamos pensando en otra cosa.

Pero lo bonito de las ideas es que, cuando son buenas, circulan. Y, de hecho, el “tecnofeudalismo” acaba de resurgir bajo la pluma de otro economista, esta vez griego, Yanis Varoufakis.

A Yanis Varoufakis lo conocemos sobre todo porque fue el extravagante ministro de Finanzas del gobierno de Alexi Tsipras durante la terrible crisis que enfrentó a Grecia con la Unión Europea a principios de la década de 2010. Recordamos las negociaciones extremadamente duras que los griegos estaban llevando a cabo. Alemania en particular, y llegamos a Yanis Varoufakis, un tipo alto con la cabeza casi afeitada, rostro anguloso, mirada dura, que intentó oponer una visión económica de izquierdas a una Unión Europea que quería hacer pagar a la población griega los errores de sus sucesivos gobiernos.

Hoy, Varoufakis ha vuelto a ser el economista de siempre y aquí publica un libro “Los nuevos siervos de la economía” donde retoma la noción de “tecnofeudalismo” acuñada por Cédric Durand. Lo recupera y lo cocina en su propia salsa, con sus obsesiones, como la crítica a la Unión Europea. Y no deja de ser interesante…

Así que con mi colega de Nouvel Obs Pascal Riché, que está dando buenos resultados en economía, fuimos a entrevistar a Yanis Varoufakis. Llegó aún más chic que durante su período ministerial, a la vez amigable y autoritario. Y empezamos desde el principio, para entender plenamente de qué se trataba.

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