¿Y si los recursos naturales del subsuelo del Mosela constituyeran un Eldorado energético? Según un estudio del productor multienergético La Française de l’Énergie (56 empleados; 39,2 millones de euros de facturación; con sede en Pontpierre), estaría lleno de hidrógeno blanco (que se encuentra naturalmente bajo tierra). “Creamos las herramientas que nos permiten medir la concentración de hidrógeno bajo tierra en Folschviller. Pudimos validar la existencia de una concentración importante y aún debemos identificar los volúmenes que podríamos recuperar”, explica Julien Moulin, director de Française de l’Énergie con motivo de los encuentros económicos titulados “La energía en el Mosela”. , retos y futuro” organizado el miércoles 6 de noviembre en el Moselle Open.
Queda por trabajar en los métodos de producción del recurso antes de entrar en la fase de comercialización. “Esperamos pasar a la fase operativa en menos de tres años. No existe una cuenca geológica tan favorable en ningún otro lugar de Europa occidental”, se alegra Julien Moulin, a quien le gustaría que más inversiones estatales se destinaran al hidrógeno. “En Estados Unidos, las empresas especializadas en hidrógeno pueden recaudar cientos de millones de euros”, añade Julien Moulin.
“En lugar de sobrecargar a los grandes inversores del país, ¿por qué no darles ventajas en cuanto decidan invertir en empresas como Française de l’Énergie, que tienen proyectos que pueden ser rentables y al mismo tiempo promover la soberanía nacional?”, pregunta Hervé Bauduin, responsable de France Industrie Gran Este.
Mosela todavía puede contar con un ecosistema fuerte en esta energía, con actores como GRTgaz o GazelEnergie que han hecho de la explotación de este recurso una prioridad. Los políticos también creen en ello: “El hidrógeno representa una nueva generación de economía que se abrirá al mundo. Los conocimientos que tenemos aquí darán un nuevo futuro industrial a nuestro territorio”, se alegra Patrick Weiten, presidente del departamento.
El reto ahora sería no perder el tren: “La competitividad económica se convertirá en competitividad medioambiental. A veces éramos ingenuos”, recuerda Julien Moulin, poniendo el ejemplo de los paneles solares fotovoltaicos, procedentes principalmente de China.
Tal como están las cosas, ¿es posible hacer lo contrario? Según los responsables de la toma de decisiones, la competencia estaría sesgada. Para Jean-François Malcuit, director de la planta de ArcelorMittal en Florange, es difícil luchar. “Cuando producimos 1 tonelada de acero, generamos 1,8 toneladas de CO2. ArcelorMittal está transformando estos procesos de fabricación para lograr la neutralidad de carbono en 2050. Mientras tanto, por cada tonelada de CO2 generados, pagamos unos sesenta euros en impuestos. Frente a nosotros tenemos competidores chinos para quienes es gratuito. Estamos a favor de una competencia que nos permita trabajar e innovar siempre para seguir siendo los mejores, pero las reglas del juego deben ser las mismas”, subraya el directivo durante la reunión económica.
En Mosela, el 15% de los puestos de trabajo están relacionados con la industria, lo que corresponde a 54.000 puestos de trabajo industriales. Por lo tanto, los desafíos del sector son de particular interés.