En Kiev, la victoria de Donald Trump plantea una cuestión de vida o muerte: ¿el multimillonario republicano, cuyos vínculos con Vladimir Putin se suponen, recortará la ayuda a Ucrania, impidiéndole ganar su guerra defensiva contra el invasor ruso? Haciendo cara de valiente contra la mala suerte, Volodymyr Zelensky celebró la “impresionante victoria” de su nuevo homólogo y dijo que esperaba que promoviera la imposición de una “paz justa” con Moscú.
Los dos hombres se reunieron en septiembre en Nueva York y el ucraniano habló de un “muy buen encuentro”. Pero no está claro si los planes de Trump sobre esta cuestión, si es que existen, serán compatibles con el “plan de la victoria” que Zelensky promovió en Occidente y que postula tanto la continuación de la ayuda militar -que fue criticada por Trump durante la campaña- – y la membresía de Ucrania en la Alianza Atlántica, lo que es una señal de alerta para Rusia.
Advertencia de Beijing
Las autoridades chinas enviaron sus “felicitaciones” a Trump, insistiendo en su deseo de no comentar sobre la elección de los estadounidenses. China es, sin embargo, uno de los países más atentos a la evolución de sus relaciones con Washington, que había experimentado un pico de tensión durante el primer mandato de Trump debido a los fuertes impuestos aduaneros que el multimillonario impuso entonces a los productos chinos. Pero esta política no ha cambiado con Joe Biden, sino todo lo contrario, y Beijing está esperando ver.
Trump ha manifestado su intención de ampliar los impuestos del 60% a todos los productos “made in China” y se avecina el relanzamiento de la guerra comercial. Por lo tanto, la reacción china que insiste en “los principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación mutuamente beneficiosa” suena más a una mano extendida que a una advertencia. Al considerarlo impredecible, Pekín también está a la espera de saber cuál será la actitud de Trump sobre Taiwán, después de que criticara a la isla nacionalista durante la campaña.
Netanyahu satisfecho
En Israel, por el contrario, la reelección de Trump es bienvenida por el 66% de los israelíes, que tienen excelentes recuerdos del “Trump 1”: si no hubiera reconocido a Jerusalén como capital y no hubiera trasladado la embajada estadounidense a la Ciudad Santa, todo por ¿Patrocinar los Acuerdos de Abraham entre Israel y varios países árabes y evitar condenar a los colonos de Cisjordania? Encantado con el regreso del multimillonario a los negocios, Benjamin Netanyahu espera que comparta su línea dura con respecto a Irán y siga beneficiándose del apoyo militar estadounidense.
En cuanto a Europa, al igual que China, teme el deseo de Trump de proteger a Estados Unidos mediante medidas proteccionistas. Excepto que los europeos saben que están divididos sobre los medios para responder a un posible endurecimiento de los aranceles aduaneros estadounidenses. De ahí la reacción de Emmanuel Macron, que pide una Europa “más unida, más fuerte, más soberana”, con el objetivo de evitar reacciones dispersas que no harían más que debilitar económicamente al Viejo Continente.