Para mantener su esfuerzo bélico, Israel puede contar con un apoyo militar sustancial de los estadounidenses.
Además de la dotación anual de 4 mil millones de dólares, Israel podrá beneficiarse de una ayuda adicional de 13 mil millones de dólares, destinada principalmente a reforzar el sistema de defensa de la Cúpula de Hierro.
Esta ayuda financiera se suma a las estrechas relaciones que el Estado judío mantiene con el complejo militar estadounidense, ya que el 69% de las importaciones de armas israelíes proceden de Estados Unidos.
Además del apoyo externo, Israel disfruta de una fuerte industria de defensa interna, en particular gracias a empresas estatales como Industrias aeroespaciales de Israel y Rafael Sistemas Avanzados de Defensa.
Desde el inicio del conflicto, estas empresas han reorganizado sus carteras de pedidos, posponiendo la ejecución de contratos internacionales para poder atender las necesidades nacionales. La industria armamentística, que ya era el segundo mayor contribuyente a la riqueza nacional antes del conflicto (detrás del sector de alta tecnología), ahora está funcionando a plena capacidad. Por lo tanto, esta situación debería hacer que la participación de la industria de defensa aumente en 2024.
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