Más de un año después del inicio de la guerra contra Hamás, el Estado hebreo renueva su gobierno. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, decidió destituir el martes a su ministro de Defensa, Yoav Gallant. Poco después de este anuncio, cientos de personas se manifestaron en Tel Aviv contra el despido.
“En medio de la guerra, es más necesaria que nunca la confianza entre el Primer Ministro y su Ministro de Defensa”, pero “en los últimos meses, esta confianza se ha erosionado”, afirmó Benjamin Netanyahu en una carta dirigida a Yoav Gallant, añadiendo que “Decidió nombrar al ministro Israel Katz para reemplazarlo”.
Yoav Gallant respondió en X que “la seguridad de Israel ha sido y seguirá siendo la misión de (su) vida”.
El actual jefe de la diplomacia, Israel Katz, “ya ha demostrado sus capacidades y sus contribuciones a la seguridad nacional”, escribió Benjamín Netanyahu para explicar su elección.
« Bulldozer »
Israel Katz se desempeñó como ministro de Finanzas, ministro de Inteligencia y sirvió “durante mucho tiempo” en el gabinete de seguridad, dijo. Apodado el “Bulldozer”, Israel Katz “combina la responsabilidad y las cualidades de resolución tranquila de problemas que son esenciales para liderar esta campaña”.
Tras su nombramiento, las familias de los rehenes indicaron que, en su opinión, el nuevo ministro de Defensa debería “dar prioridad” a un acuerdo sobre su liberación.
Yoav Gallant, ex general convertido en político, fue considerado sin embargo un “halcón” dentro del gobierno en la conducción de las operaciones desde el sangriento ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023 al sur de Israel, que desencadenó la guerra en Gaza.
Después de más de un año de guerra en varios frentes, el número del ejército está bajo presión y en los últimos meses ha provocado la ira de los partidos ultraortodoxos, aliados clave de la coalición del Primer Ministro, al ordenar el reclutamiento de 10.000 miembros masculinos de esta comunidad religiosa mayor de edad para servir bajo la bandera.
Constituyen alrededor del 14 por ciento de la población judía de Israel, o casi 1,3 millones de personas, y alrededor de 66.000 hombres en edad militar reciben una exención porque se dedican al estudio de los textos sagrados del judaísmo bajo una regla establecida en la creación de Israel en 1948. En 2018, la cuestión de su reclutamiento había creado tal crisis que había precipitado al país hacia varias elecciones legislativas en cuatro años, sin que el tema estuviera cerrado.