La ULC está preocupada: con la eliminación de determinadas ayudas estatales el 1 de enero de 2025, muchos hogares luxemburgueses experimentarán un aumento en su factura energética.
A partir del 1 de enero de 2025, los precios de la electricidad y el gas aumentarán en Luxemburgo, en particular debido a la eliminación o reducción de las ayudas estatales y a una nueva estructura tarifaria para la electricidad.
Según el Instituto Regulador de Luxemburgo (ILR), esta nueva estructura de precios sería “más equitativa” y pretende sobre todo animar a los consumidores a utilizar la red de forma más flexible.
Una retórica que no agrada a la Unión de Consumidores de Luxemburgo (ULC), que, en un comunicado de prensa difundido este martes 5 de noviembre, considera “inaceptable” que los consumidores privados “deban soportar la mayor parte de la carga, mientras que ellos sólo son responsables una parte relativamente pequeña del consumo total.
“Entendemos que un suministro energético sostenible requiere ajustes económicos. Sin embargo, estos gastos no deben recaer unilateralmente o principalmente sobre los hombros de los hogares privados”, explica Nico Hoffmann, presidente de la ULC. “Es inaceptable que los consumidores, que de todos modos representan sólo una pequeña parte del consumo nacional de electricidad, sufran una carga tan desproporcionada”.
Una responsabilidad del Estado ante todo
Para la ULC, uno de los principales factores de esta crisis no es otro que el monopolio que ejerce la empresa Encevo. “Lo que a menudo se olvida en las discusiones sobre los precios de la electricidad y el gas es el dominio del mercado y la estructura accionarial de Encevo. En los últimos años, la empresa ha conseguido una posición dominante en el mercado gracias a numerosas adquisiciones”.
Según la ULC, la liberalización del mercado energético en 2009 definitivamente no condujo a la competencia esperada ni a una “apertura real del mercado”: “la competencia real es apenas perceptible”. Y recuerde que el mayor accionista de Encevo es el Estado luxemburgués, que controla directa o indirectamente (a través de SNCI, BCEE y La Poste) alrededor del 60% de las acciones.
Una participación que influiría en las decisiones estratégicas y el rumbo de la empresa luxemburguesa, al tiempo que se beneficiaría de las repercusiones económicas. “Después de los buenos resultados de Encevo el año pasado (beneficio neto de 171 millones de euros), todavía quedan 72 millones de euros que acaban en los bolsillos de los accionistas”, subraya el presidente de la ULC.
Promover la competencia real
“Necesitamos pasos claros hacia una mayor transparencia y competencia. El Estado debe ser consciente de su responsabilidad de defender los intereses de los ciudadanos y no imponerles una carga adicional a través de la política corporativa”, añadió.
Por ello, la ULC pide al Gobierno que aplique una política energética “realmente favorable a los consumidores”. Esto implica estructuras de precios justas, mayor transparencia en los precios y medidas para promover una competencia genuina.
“No es normal que la posición de mercado de una empresa controlada en gran medida por el Estado luxemburgués imponga los precios de la energía en detrimento de la población”, advierte Nico Hoffmann.